domingo, 13 de enero de 2008

OPERACION MILAGRO


OPERACION MILAGRO

¡¡Exijamos lo Imposible!!




AMIG@S que nos visitan y nos leen:

Les traigo este Editorial de La Jornada, que nos deja un excelente sabor de boca.....què pena que no sea nuestro Mèxico uno de los paìses que han emprendido, avanzado y cumplido en una amplia fase, esta labor humanitaria.....pero es altamaente encomiable que sean 2 paìses de nuestra Latinoamèrica quienes sin tanta escandalera mediàtica, estèn aplicando
PARA EL BIEN DE
TOD@S, sin banderas y sin fobias, la labor humanitaria que a tod@s compete, pero que sòlo dentro del pensamiento y convicciòn socialista, parece posible llevar a feliz tèrmino......

El EDITORIAL dice que ha beneficiado a paìses "como Mèxico", que tiene altas deficiencias en los servicios de salud.....pero me parece (ojalà que ustedes tambièn estèn enterados sobre èsto, para confirmar mi parecer) que tambièn han sido atendid@s ciudadanos estadounidenses que en su paìs no habìan tenido la oportunidad, por aquello de que allà la medicina es privada (y ese sistema es el quieren imponernos....aviados estaremos; nostendremos que exilar en Cuba o Venezuela)......VA EL EDITORIAL :

Operación Milagro: ejemplo humanitario


El programa de atención oftalmológica desarrollado por los gobiernos de Cuba y Venezuela conocido como Operación Milagro ha devuelto la vista a más de un millón de personas en distintos países, incluido el nuestro, según se informó en la Jornada Científica Nacional de Oftalmología 2008, que se celebra en la isla. Desde que fue puesto en marcha, en 2004, el proyecto ha proporcionado atención médica e intervenciones quirúrgicas gratuitas a personas de escasos recursos que padecen de problemas de la vista como cataratas, desprendimiento de retina, carnosidades y estrabismo.

La tarea a la que se han consagrado los gobiernos cubano y venezolano mediante la Operación Milagro es loable por varias razones. En primer lugar, porque constituye una muestra de solidaridad internacional y de conocimiento de las condiciones sociales que imperan en los países menos desarrollados: los principales beneficiarios del programa son personas –en su mayoría adultos mayores– de naciones cuyos sistemas de salud pública exhiben grandes deficiencias y limitaciones, como es el caso de México, y en los que la medicina privada, por sus elevados costos, es inaccesible para amplios sectores de la población. Es decir, la Operación Milagro es un halo de luz en un contexto lacerante, en el que los servicios de salud de calidad parecieran estar sujetos al poder económico y destinados sólo a quien puede pagarlos.

Es de reconocerse, además, el hecho de que Cuba y Venezuela destinen una importante cantidad de recursos públicos a la educación, la capacitación y el desarrollo de tecnología en el terreno de la medicina, pues ello refleja el carácter prioritario que tiene la salud para esos gobiernos. El caso cubano es particularmente loable, habida cuenta de que la isla enfrenta, desde hace décadas, la embestida de un embargo comercial contrario a la legalidad internacional y a los derechos humanos, que ha afectado severamente su economía y causado un sufrimiento sostenido e inaceptable a la población de esa nación caribeña. Debe saludarse el esfuerzo realizado por los médicos cubanos en regiones donde persisten condiciones logísticas, económicas y sociales adversas.

Algo que no deja de llamar la atención respecto de la funcionalidad de la Operación Milagro es que prácticamente no se le hace publicidad, contrariamente a lo que ocurre con la mayoría de los programas gubernamentales en México, sobre todo los que cuentan con tanta aceptación popular como éste. En lo que toca a nuestro país, ha representado una esperanza para centenas de mexicanos, aparentemente condenados a padecer de por vida los estragos de la ceguera y otros males oftalmológicos, en muchas ocasiones causados por la exposición de los ojos a sustancias abrasivas que se encuentran en sus lugares de trabajo.

En suma, a pesar de las cortapisas y las críticas de las que ha sido objeto, las cifras referidas muestran que la Operación Milagro ha sido un éxito a escala internacional. En buena medida, ese éxito radica en que el programa ha sido concebido y conducido con buena fe y espíritu humanitario. Sería deseable, por tanto, que los gobiernos de los países beneficiados, incluido el mexicano, se sumen a los esfuerzos de este proyecto, que es sencillamente ejemplar.
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Ojalà que algùn dìa (entre màs pronto, mejor) podamos ver el nombre de nuestro MÈXICO, inscrito en el grupo que proporciona esa ayuda humanitaria a los paìses que estàn siendo pisoteados por la bota del imperio (y a otros, que no estàn en esa situaciòn (todavìa), pero que padecen gobiernoscorruptos y depredadores a quienes poco importa el bienestar del pueblo que (dizque) gobiernan.

UN ABRAZO ESPERADOR.

GÈLIDA.

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