miércoles, 27 de febrero de 2008

LA PRENSA COMPRADA Y VENDIDA


¡¡Exijamos lo Imposible!!


Me desdigo y no

María Teresa Jardí
La prensa comprada y vendida, porque no se puede comprar lo que no se vende, los medios a modo del sistema a través de sus comunicadores que también lo son a modo del sistema e incluso historiadores siempre cojos al analizar solamente el lado conveniente para el sistema. Y aquí tomo un ejemplo de alguien a quien conozco desde hace muchísimos años y a quien llegué a considerar como una de las personas más inteligentes, pero “no hay más ciego que el que no quiere ver” y en ciego, sordo y cojo se ha convertido el que fue de joven una promesa, de talento intelectual de haber elegido sumarse al compromiso con la verdad como historiador y de las mejores causas como persona. Ya habrán adivinado, quizá, porque otras veces lo he citado, a pesar de las muchas críticas que recibo siempre, que me refiero a Héctor Aguilar Camín, quien en su artículo de Milenio de ayer se atreve a decir, entre otras cosas --y eso que lo hace en un artículo en el que cuestiona el para qué querían los panistas llegar al poder--, que “en lo económico se mantuvieron los equilibrios heredados del último gobierno priísta. Es el mayor logro de que puede presumir hasta hoy la democracia mexicana: más de un década de estabilidad económica, baja inflación y equilibrio fiscal. Algo parecido sucedió en la política social: hubo continuidad en los programas de combate a la pobreza, cuyas cifras se redujeron continuamente también”.

Los a modo del sistema de la denuncia de AMLO y de la inmensa concentración ciudadana sólo retoman, para cuestionarla por supuesto, la “agresión” sufrida por los “tan probos” legisladores perredistas. Lo que lleva a pensar obviamente en infiltrados. Como a final de cuentas todo parece indicar que sucedió con la entrada, tan conveniente, en la Catedral Metropolitana, cuando el campanazo ordenado por uno de los curas achichincle de Norberto Rivera.

Una de las caricaturas de Hernández de La Jornada define espléndidamente a lo que digo: Un hombre frente a la pantalla de un televisor le dice a una mujer que “todos los mítines del Peje acaban en un linchamiento” y ella le contesta que: “al otro día en radio y televisión”.

Es difícil saber si fueron infiltrados los que zarandearon a los traidores legisladores perredistas. Pero lo destacable es el linchamiento que incluso antes de aprobada la LEY GESTAPO ya se hace de un acto que también puede ser de mera indignación ciudadana. Por eso digo que me desdigo y no. Porque esa indignación es relevante y en recobrar nuestra capacidad de indignarnos y también la de asombrarnos está la posibilidad de construirnos como ciudadanía. Es decir, sólo es capaz de poner candados a sus gobernantes el movimiento ciudadano que cuestiona porque se indigna ante lo que lo asombra.

Pero habrá que tener mucho cuidado en aras de acotar a los medios y comunicadores también traidores a la patria y enemigos del pueblo tan asustados como el usurpador y sus compinches porque también se les va a acabar a ellos el negocio si se construye otro México posible. De eso trata la LEY GESTAPO de perseguir incluso la indignación ciudadana, de matarla, asesinando nuestra capacidad de asombro. Así funciona la represión y si ya fue aprobada ayer esa ley maligna el que se quiera ir del país que pida asilo y se vaya, porque lo que viene aquí es el terror de las dictaduras sufridas en el Cono Sur y en otros lugares del planeta. Las dictaduras, como la derecha, son siempre iguales en todos los sitios de la tierra y en todas las épocas y con el deterioro a la mexicana de las instituciones de película de terror va a ser, para los ciudadanos, la LEY GESTAPO mexicana.


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