sábado, 9 de febrero de 2008

UN FERROCARRIL EN EL TUNEL


¡¡Exijamos lo Imposible!!

¿Lo que viene es una ola suave o un tsunami?

sábado, 09 de febrero de 2008
Alvaro Cepeda Neri

Ante la desaceleración o recesión económicas, además de una crisis más del capitalismo estadounidense, mientras China e india con la Unión Europea constituyen cuando menos otro centro simultáneo al de Nueva York (en tanto llega a prevalecer uno de ellos), en el contexto de la economía-mundo; en nuestro país, de por sí sumido en una crisis permanente económica y política, escuchamos a Calderón y sus funcionarios: Carstens, Sojo y ahora el junior de Dionisio Pérez-Jácome (hijo de un connotado priísta de igual nombre y próspero empresario) que no tenemos de qué alarmarnos, pues las políticas económicas privadas y públicas son dos remos que llevan la barca sacándole la vuelta a la tormenta que se cierne sobre un mar encrespado.

Calderón hasta se puso desafiante ante los avisos de que, la recesión estadounidense afectará las importaciones mexicanas al mercado de ese país (con otro factor de incertidumbre: las elecciones internas de republicanos y demócratas) al grado de que los coletazos de allá podrían causar muy serios daños; empero, Calderón, con una sonrisa nerviosa entre la seguridad y la inseguridad, en varios mensajes a la nación se comprometió, con algunas políticas keynesianas (obras en carreteras, un aeropuerto, etc.) que el país saldría adelante contra viento y marea.

A Dionisio Jr., lo tachan de panista, cuando la verdad, fue introducido por su papá en Los Pinos desde la época del salinismo y allí se fue quedando.

Y Felipe, el del nuevo intento por hacer viable la alternancia (la foxista fue un fracaso) ha elevado a su nivel de competencia o incompetencia al junior, al nombrarlo subsecretario de Egresos de Hacienda (desde donde nos aprietan para cobrarnos los impuestos por la buena o por la fuerza).

Así Pérez-Jácome Jr. está saliendo a dar la cara por dos cosas: que la reforma energética o sea la privatización de PEMEX, es indispensable. Y que sólo así la desaceleración estadounidense nos hará lo que el viento a Juárez.

No está bien citar a Juárez con los panistas (lo odian a muerte) pero es lo que nos ha dado a entender el junior (El Financiero y El Universal: 24 y 28/I/08) y lo que Calderón insiste en sostener frente a lo que vemos venir. Calderón, Carstens y Pérez-Jácome, no a coro pero sí como solistas con la misma canción, quieren convencernos de que lo que se nos viene encima es una ola común y corriente y no un tsunami. Claro que proponen sitiar a PEMEX con una serie de inversiones extranjeras.

Una privatización a paso de tortuga, que es la reforma energética calderonista. Se trata de echar abajo la Expropiación de 1938 y vender el último patrimonio nacional para completar la privatización que se inició en 1982, cuando los neoliberales, ya de derecha, prepararon el arribo de los panistas. Con la metáfora de Manuel Buendía, el periodista asesinado también en ese sexenio, somos una nación metida en un túnel y vemos a lo lejos una lucecita. Y no sabemos si es la salida o un tren que viene en sentido contrario. Lo que es lo mismo si lo que viene es una ola o un tsunami.

cepedaneri@prodigy.net.mx

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