miércoles, 27 de agosto de 2008

EL MAGISTRADO QUE ADMIRA A HITLER

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Que no renuncien, que coopelen o cuellos
Jairo Calixto Albarrán
jcalixto@milenio.com

Entre más conozco a los políticos, más admiro a Fabiruchis. Su problema es que sólo entienden a periodicazos, como los cuadrúpedos del orden de los caninos. En vez de adelantarse a la histeria colectiva, la promueven. El tema de inseguridad es el mejor ejemplo. En vez de quedarse calladitos para verse más bonitos, les agarra la incontinencia emocional y les da por homenajear a Fox. Ahí tenemos a Bety Paredes, que no conforme con haber acusado de “estridente” a Alejandro Martí, ahora le dio por enviar toda clase de desmentidos para explicar que en realidad no quiso decir lo que realmente dijo. Nomás le faltó contratar a don Burrén Aguilar, ex vocero del Alto vacío del Rancho San Cristóbal como dice Manlio Fabio Superstar, para que tradujera al español lo que quiso decir.

También tenemos al procurador Eduardo Medina Mora. Además de reconocer algo que los mexicanos no habíamos ni intuido –que las instituciones mexicanas están en avanzado estado de putrefacción– a pregunta expresa de que si renunciaría en caso de que en un tiempo razonable la seguridad en el país no fuera ni medianamente restablecida, practicó el más acabado cantinflismo para no comprometerse.

Deberían aprender de la Tremenda Corte, donde sus miembros demuestran un admirable sentido de la justicia y el buen humor. Ahí está el ministro Sergio Salvador Aguirre Anguiano que, en heroico esfuerzo por defender la inconstitucionalidad de la despenalización del aborto y de paso quemar en leña verde a las pécoras, resucitó el Manual de Carreño, el catecismo del Padre Ripalda, le rindió un sentido homenaje a ese ilustre modernista llamado Jorge Serrano Limón y, de paso, se apoyó en Adolfo Hitler para desmarcarse de los señalamientos de sus críticos que no lo han sabido valorar. Un hombre vanguardista cuyas reflexiones casi están a la altura del spot del presidente del Episcopado, Carlos Aguilar, quien recordándonos el open mind vigente de los tiempos de Díaz Ordaz, hace un llamado a convertir al aborto en un crimen peor que el del secuestro. Un mensaje que habría causado furor en el medioevo más temprano.

Así, vaya desde aquí mi admiración a José Luis Soberanes, presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, que se ha sumado a esta movilización antiabortista con el mismo entusiasmo con el que perjudiciales y polecías le hacen la competencia desleal a los malandrines en el competido negocio de la impunidad.

Estos patriotas no quieren renunciar, por eso cooperaron para que no les dieran cuello.

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