martes, 23 de diciembre de 2008

TAL PARA CUAL

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Tan culpable es el usurpador como Fox
María Teresa Jardí


Quién sabe qué debe pensar Jesús de los hombres que, en todo caso, tan mal, mayoritariamente, se han empeñado en hacer valer, desde que la humanidad existe, su libre albedrío.

Pero es claro que a Jesús lo único que puede despertarle la Iglesia que, en nombre del Padre vino a la Tierra a fundar, es la misma desolación que produce en el cada vez más grande número de laicos alejado hoy de su jerarquía. Tontamente vinculada, por elección propia, al poder: la católica mexicana hasta cree que se puede negociar con los narcos, que además son sicarios, que demostrado está con las experiencias de El Salvador, Nicaragua, Brasil y Guatemala, que son seres irrecuperables para ser integrantes nuevamente de la sociedad.

No son recuperables brutales torturadores que, además, cortan la cabeza de sus victimas. La maldad que se apodera de seres capaces de hacerle ese daño monstruoso, a otros seres, los hace perder la capacidad de cambiar y de integrarse. Y por eso, las consecuencias de dictaduras brutales se establecen cien años después de ocurridas. Son irrecuperables "Los Zetas" y lo son los "Kaibiles". Y, ojalá y pudiéramos estar seguros de que la limpia, que es claro que se viene haciendo, sólo a ellos los alcanza. Al ser brutal el hecho como sociedad, no cabría más que aplaudirlo. Ni hay cárceles suficientes para contenerlos ni se resuelve el problema con su encierro. En cotos de su poder se convierten los Ceresos desde donde lo controlan todo.

Ni el PRI ni el PAN ni el PRD han sido capaces de lograr --porque no han querido, es obvio, no les interesa a los partidos integrantes del Legislativo, igual de agotado que el Judicial y que el Ejecutivo-- que no entren celulares a las cárceles en aras de no permitir, aunque sea, los secuestros telefónicos virtuales con los que se siguen extorsionando, a los muchos que, por miedo, se dejan.

Razón tiene el usurpador al decir que la "administración" de las relaciones con el narco son las responsables de la violencia extrema que azota a México de manera tan brutal, que ya no respeta ni a mujeres ni a niños ni a gatos ni a perros.

"Administración" llevadas al extremo de abrirle las puertas de la cárcel a El Chapo Guzmán.

"Administración" iniciada de manera descarada por Fox. Pero "administración" continuada, de manera igual de descarada, por Calderón. Y ahí tiene para ejemplo a Medina Mora, García Luna y al recién integrado a su equipo Jorge Tello Peón.

Pasmado y de rodillas está el país ante la violencia que crece cada día. Postrado de rodillas. Escandalosa violencia que ya llega al corte de cabezas a los militares, en un claro mensaje al recién incorporado, a medias, General Del Real.

Fox no tiene remedio y tampoco Rubén Aguilar. Pero otra sería la historia hoy, si Calderón hubiera llegado, aunque fuera como llegó: usurpando el poder, pero con talante de estadista. Si así hubiera sido, habría ordenado de inmediato las investigaciones necesarias para intentar refundar las instituciones de la república. Y hoy estarían presos Fox, la Sahagún y los Bribiesca, los Patrón Laviada, Mario Marín y Ulises Ruiz, etc.

A Roberto Hernández, amigo de Bush, no habría podido enfrentarse, no un usurpador. Pero un estadista se habría negado a ir a su hacienda a negociar el Plan Mérida, que en realidad es el Plan México, que Bush le quiso dejar como herencia al país que odia, porque, a final de cuentas, los patios traseros son feos, sucios, les gustan a las ratas y están llenos de cucarachas.

Tan culpable es Fox como Calderón de la violencia que al país sepulta, y más vale que lo entienda rápido el usurpador, incluso porque a los civiles se les están saliendo de control todas las cosas.

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