jueves, 27 de agosto de 2009

¿Privatizar el agua?... es un suicidio

¡¡Exijamos lo Imposible!!
EDITORIAL

Si entregar el petróleo y la riqueza minera de nuestro subsuelo bien podría considerarse una traición a la Patria, y quienes lo han llevado a cabo deberían ser juzgados por ello.

El entregar el agua a particulares (y encima de todo españoles; lo mismo y por eso quitaron de los libros de texto La Conquista, que también podría llamársele genocidio) es literalmente un suicidio.

Un suicidio que, tarde o temprano, acabará en una tragedia de proporciones tan gigantescas, que nuestros obtusos gobernantes, que solo ven por el dinero, no alcanzan a dimensionar.

La empresa “Aguas de Barcelona”, que por todo el mundo tiene más de un millar de contratos firmados para abastecer de agua a las ciudades, entre ellas el “modelo” de Saltillo.

Tiene los mismos sistemas que la misma honorable Empresa que en Bolivia manejó las Leyes, de tal forma, que los ciudadanos, aunque parezca irreal, no pudieran ni siquiera captar el agua de lluvia, so pena de ser multados o encarcelados.

Por lo que la visión privatizadora-izquierdista (la primera en el mundo) del Jefe de Gobierno capitalino, don Marcelo Ebrad, será un gravísimo error si se logra concretar y privatizan un derecho, disfrazado de servicio, con lo que se encarecerá tremendamente el agua y representará un serio riesgo para el Gobierno y la Nación.

Pues no solo tendrá que ver estrechamente con la salud del Pueblo en las ciudades, sino con la vida del campo, que irremisiblemente se moverá al ritmo que le toquen los ibéricos. Y ambas cosas son en extremo peligrosas.

Ya ha sucedido en otras partes del mundo donde las experiencias no han sido nada edificantes o halagüeñas; no se ve porqué no pueda sucedernos a nosotros. Sobre todo cuando en Aguascalientes, en Saltillo y en Cancún, pueden dar testimonio de lo draconiano del sistema de cobros y el encarecimiento del líquido, cuando este se pone en manos de la iniciativa privada.

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