jueves, 26 de noviembre de 2009

El México bananero de la chespiritodemocracia

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Un peligro para México
2009-11-26
Ricardo Andrade Jardí

Mientras México sigue comprando medicamentos contra la gripe porcina, países como Canadá retiran el mismo medicamento por presentar la posibilidad de reacciones alérgicas mortales. El sistema de salud canadiense, con todos sus defectos, responde a los intereses de su pueblo y el sistema de salud mexicano responde a los intereses de los laboratorios que se harán millonarios, pese a los cientos de alertas lanzadas en todo el mundo por expertos médicos calificados para poner en duda la validez del antiviral de moda y no obstante que de la presunta enfermedad y “sus catastróficos” alcances, sabemos poco.

Por eso Canadá es lo que es. Y por eso México no es más que una república bananera gobernada por los intereses de un puñado de cretinos que desde la telecracia imponen los lineamientos de nuestra fingida y “chespirita decadencia”.
Ya nos iremos enterando de los nuevos muertos que dejara la dichosa vacuna y de la IMPUNIDAD que será la regla para tapar el cochinero.

De de todas formas no es más que un distractor más del verdadero fondo del problema, que es el neoliberalismo, al que no le bastó con enfermar a los pollos y volver locas a las vacas, sino que con su carrera productiva sin límite, se ve obligado a enfermar ahora también a los cerdos aunque maté a humanos. Y, al son de la globalización, el “Nuevo PRI” se suma a la derecha intolerante y anuncia en voz del vocero chupacabras, coordinador de los diputados de ese partido: “que hay que abrir la explotación de todos los recursos naturales a la iniciativa privada y generar los estímulos necesarios para que esa inversión explote esos recursos… en beneficio de todos”.

Ni hablar! Más claro ni el agua. El ladrón de Salinas de Gortari está de regreso. Y ese “todos”, no significa del país, sino la pandilla prianista que recibe las limosnas por servir a los grandes capitales y al conservadurismo retrógrada que ahora impone una visión única y fundamentalista del mundo.

¡Menos mal que el peligro para México era AMLO!

Y, efectivamente, AMLO significaba un peligro para el México de hoy, pues tal vez, y sólo tal vez, hubiera terminado con algunos de los muchos e inmorales privilegios que ostentan una minoría rapaz y ambiciosa que acumula grades riquezas a las costillas de la sobreexplotación de millones de personas.

Pero hay otros problemas que hacen de AMLO un peligro para el Estado fallido en que hoy se encuentra convertido México. Es, dentro del marco político, un sujeto presumiblemente honesto. Y eso es algo intolerable para la telecracia, que ya apunta sus baterías propagandistas para preparar el terreno de sus nuevos elegidos. Que serán los que no destacan por un compromiso social y menos aún por la honestidad. Y el más peligroso de los factores es que AMLO además es inteligente y en ese sentido, tal vez y sólo tal vez, menos manipulable para la telebasura mexicana.

No olvidemos nunca que el PRD, a petición de AMLO, votó la Ley Televisa. Pero la telecracia requiere de grandes ególatras y de mucha estupidez. Baste de ejemplo el metrosexual del Estado de México, que, si bien es ambicioso, no repunta precisamente por su inteligencia, sino por la campaña de medios que hoy lo favorecen y a los cuales responde.

Un “peligro para México” es cualquiera que tenga criterio propio, cualquiera que se rija por ética y no por un interés soberbio, cualquiera que disienta de la estructura del mal que sustenta la usurpación panista, que terminará por llevar al país a un estallido social interminable... Cualquiera sea capaz de poner en duda la divina palabra de Televisa y de apagar la televisión para sentir por un instante que se puede ser libre, que se puede ser digno, que se puede ser humano y justo… Y que un paso esencial para lograr cualquier cambio en México pasa por quitarle el control de la Educación a “la maestra” y a la telecracia. Cualquiera que entienda que la chespiritodemocracia es la puerta de la dictadura y no una verdadera democracia…

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