miércoles, 24 de febrero de 2010

Ya estamos hasta la madre con los impuestos

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Casi todos a pagar el impuesto empresarial a tasa única
Por Alvaro Cepeda Neri
cepedaneri@prodigy.net.mx

Conjeturas

No solamente los empresarios como tales, sino también, quienes trabajan por su cuenta y ajenos a labores dependientes de patrones, deberán pagar el casi 18 por ciento sobre sus utilidades como impuesto del IETU (Impuesto Empresarial a Tasa Única), además de los otros impuestos, con los que el gobierno calderonista obtiene los ingresos que en un 60 por ciento está utilizando en sueldos de sus funcionarios, pago a los once ministros de la Suprema Corte y toda una cadena de gastos improductivos.

Los que somos causantes cautivos fiscalmente y quienes, en 40 mil amparos se inconformaron, estamos atrapados en esa avalancha de impuestos y alzas de precios, con el IVA, que ahogan el consumo y saquean los bolsillos de los mexicanos en general. Estamos ante un nuevo régimen a la Santa Anna, cuando este bribón que se aferró 22 años en el poder, impuso cobros por ventanas y puertas, para sostener su golpismo militar y sus gastos.

Otra vez la Suprema Corte, ya no de Justicia, se ha puesto de parte del mal gobierno calderonista y desechó los amparos contra el IETU, tal y como ha venido actuando el Pleno de los once ministros, con sus infinitas prerrogativas a salvo (sueldos fabulosos, prestaciones a montón, comilonas en sus restaurantes privados, etc.).

Han aprobado que dicho impuesto (que el empresariado, como siempre, trasladará al consumidor y servirá como un motivo más para despedir trabajadores), se mantenga hasta sus últimas consecuencias. Cuando la crisis general aconseja reducir impuestos y eliminar otros más, para activar el consumo y permitir a la población económicamente activa reponerse, es cuando el calderonismo y sus compañeros de viaje, están haciendo lo contrario.

Este impuesto (en nuestro país no se llaman contribuciones, en la medida que los gobernantes materialmente saquean a los ciudadanos al imponerles, autoritariamente, cargas fiscales impuestas contra viento y marea), lo pagan los empresarios de toda índole, también quienes trabajan por su cuenta.

La lista de esos impuestos (más los constantes aumentos a la gasolina, diesel y gas; transporte, alimentos, etc., además están gravados con el IVA) son una explotación ya que el gobierno federal y de las entidades se llevan más de 60 ó 70 por ciento, para solamente dejar quizá un 40 por ciento a los empresarios y un 30 por ciento a los ciudadanos que laboran por su parte.

Además tenemos encima el Impuesto Sobre la Renta que con todos los demás, están ahogando la inversión y reduciendo el consumo, para gravar salvajemente a quienes son contribuyentes cautivos, mientras millones buscan la manera de eludir esos pagos.

Esos gravámenes en dinero ya rebasaron lo permitido en una sociedad con su economía a la baja, ya que los inversionistas la piensan más de una vez y, con sus contadores, buscan la manera de pagar lo mínimo y que ya con el IETU nadie podrá sacarle la vuelta. Y si ya por el lado del militarismo ha resucitado Victoriano Huerta, con los impuestos está de regreso Santa Anna.

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