Muy triste pero es realidad en este bananero País

¡¡Exijamos lo Imposible!!
El sustento de los políticos

Escrutinio
Por Juan José Morales

Enviada por Antonio Williams, periodista veracruzano, he recibido copia de uno de sus artículos que no resisto la tentación de comentar y transcribir en parte, porque si bien se refiere específicamente a su estado natal y al gobernador del mismo, lo que dice puede aplicarse prácticamente a todas las demás entidades del país. Ilustra su artículo con una fotografía de esas típicas viviendas precarias que pueden encontrarse en cualquier rincón de México: 20 metros cuadrados, levantada sobre estacas de madera, carente de electricidad, agua entubada, drenaje y demás servicios, habitada por tres pequeños, la madre y el padre, quien carece de trabajo estable, percibe reducidos ingresos y lucha denodadamente ya no por satisfacer las necesidades básicas de esa también típica familia —como hay al menos diez millones en México—, sino simplemente por darles de comer.

“Ahora pensemos —escribe Williams—. Esta familia ¿se podrá sustraer a recibir una camiseta roja? ¿Mandará al diablo al promotor de su colonia que le lleva una despensa? ¿Se negará a recibir tres láminas para techar su casa? ¿Rechazará que a sus hijos les ‘regalen’ una bicicleta? ¿Denunciará ante las autoridades electorales a quien le pida su credencial de elector a cambio de 10 sacos de cemento?”.

Y añade: “Una camiseta, representa una prenda de vestir. No es una simple camiseta, para quien no tiene más ropa que la camiseta que le regalaron la campaña anterior. Una despensa, aunque los frijoles estén agorgojados y el aceite rancio, representa la comida de algunos días. Unas láminas representan la oportunidad de terminar de techar su vivienda. Unos sacos de cemento representan la oportunidad de mejorar sustancialmente su vivienda”.

Refiriéndose al caso de Veracruz, señala el periodista que hay en ese estado al menos medio millón de viviendas semejantes, cuyos ocupantes viven en tales condiciones. Eso significa al menos un millón de credenciales de elector, de credenciales que con esos “estímulos” —despensas, fardos de láminas de cartón, camisetas, sacos de cemento— “fácilmente pasan a formar parte de la reserva de votos del Partido Revolucionario Institucional”.

Pero, si hemos de ser justos, no es sólo el PRI el que explota la necesidad, el hambre y la miseria de esa mitad de los mexicanos que están por debajo de la línea de pobreza. Sus tácticas las han copiado otros partidos, a veces con variantes, como las becas completas o parciales que dice regalar el Partido Nueva Alianza de “la maestra” Elba Esther Gordillo y que no son sino las que por —por obligación legal las completas, y para llenar lugares vacantes las parciales— otorgan las escuelas particulares pero el Panal presenta como generosos regalos ya que las maneja a través de la burocracia de la SEP, controlada por la Gordillo. Hay también partidos de izquierda cuyos pragmáticos dirigentes aceptan postular a quien tenga el dinero suficiente para sufragar los gastos de camisetas, gorras, y en general de una costosa campaña, sin indagar sobre el origen de ese dinero o lo que se exigirá a cambio de tal financiamiento.

Por eso, como dice el colega veracruzano, “mientras no se superen las condiciones de vida de la ciudadanía, de nada servirá la prédica de la Democracia. A un pueblo ignorante, hambriento y carente de todo, no se le puede pedir que no venda su voto”.

Ciertamente, tiene razón en cuanto a que la miseria es una fuente de votos para muchos políticos a quienes —naturalmente— interesa perpetuarla. Pero no comparto su pesimismo en cuanto a que mientras persista no se podrá lograr un cambio democrático. Es posible, pero se requiere un gran esfuerzo y una buena estrategia política para lograr que la gente vea más allá de sus intereses inmediatos y se percate de que vender su voto no resolverá nunca sus carencias y necesidades.

Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx