sábado, 22 de mayo de 2010

¡¡Que poca madre tienen!!...fue un accidente?

¡¡Exijamos lo Imposible!!
EDITORIAL

Hipócritas asesinos.

Oviando, pues es lo menos importante, que estos individuos nos quieran ver la cara de tarugos a todos los mexicanos. Aunque se podrían utilizar otras palabras, pues finalmente es un insulto, es una bofetada, es un atropello al respeto que merecemos los ciudadanos.

Es absolutamente inaudito que nuestros gobernantes puedan tener la desverguenza de decir que la muerte de la pequeña Paulette fue un accidente.

Como lo hizo el Procurador del Estado de México, el trístemente célebre Bazbaz. Pues por más pruebas y certificados que puedan ofrecer de importantes personajes, institutos e instituciones, es imposible creer que la nenita estuvo muerta nueve días en el lugar donde la encontraron. Eso que se lo vayan a platicar a las viejas de sus casas.

El que en esos días haya dormido una amiga de la familia durante tres noches. El que las nanas de Paulette hayan declarado que hicieron la cama en varias ocasiones; y por supuesto el día que la nena desapareció.

El que hayan entrado perros rastreadores a la habitación, y el que les hayan dado a oler las sábanas donde durmió la pequeña, nada tiene que ver con el dictamen: No hay responsables. Fue un accidente.

Tampoco tuvo nada que ver que las cámaras de TV hayan entrado y filmado vacío el lugar donde después “apareció” el cadaver. Eso no tuvo importancia para un Gobierno corrupto.

De la bolsa amarrada (amarrada por fuera, se entiende) dentro de la que fue encontrado el cuerpo envuelto en la cobija que antes se había videograbado cuando el Procurador Bazbaz estuvo apersonado, nadie quiso volver a hablar.

Asesinos, y cómplices de asesinato todos los que de una manera u otra intervinieron para tapar el homicidio. Pues tampoco se volvió a hablar de la tela adhesiva con la que cubrieron su boca.

Hipócritas persignados que se escandalizan y se razgan las vestiduras por un aborto; y hasta por la píldora de un día después.

Por no recordar que Peña Nieto hasta a la novia llevó al Vaticano para presentársela al Papa, por cierto hoy sumido en el descrédito, por decir lo menos.

Pero son perfectamente capaces de solapar el homicidio de una criartura de cuatro años, por demás indefensa.

Que nadie se diga sorprendido cuando las consecuencias de esta aberrante sentencia judicial comiencen a aparecer. Un homicidio de este tamañao es algo que no puede pasar desapercivido para la Justicia del Universo.

No quisiera estar en los zapatos de todos aquellos que caragarán sobre sus conciencias este acto tan escandalozamente deleznable que pinta al ser humano en su más profunda miseria.

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