miércoles, 26 de mayo de 2010

Entre la cama, colchón y una sábana...¡¡asesinos!!

¡¡Exijamos lo Imposible!!
El suicidio de la niña Paulette... aunque usted no lo crea

Conjeturas
Alvaro Cepeda Neri
cepedaneri@prodigy.net.mx

Siguen dándose los casos insólitos, en cuanto meten las manos las policías, los militares y los ministerios públicos e incluso los jueces, magistrados y ministros, pues matan a niños y narcotraficantes y autoridades se echan mutuamente la responsabilidad y al final nadie fue porque los estudiantes, dentro del espacio de sus escuelas, civiles caminando por las calles, familias transitando por las carreteras, etc., son asesinados por... ¡balas perdidas! Y tres indígenas, que venden artesanías son acusadas de detener a seis policías de García Luna... ¡armados hasta los dientes! y recluidas en la cárcel durante años. La corrupción judicial encubre esos hechos, para que sean casos insólitos.

Durante dos meses se investigó la muerte de la niña de cuatro años de edad: Paulette Gebara Farah, iniciada como presunto homicidio. Se desarrollaron las pesquisas entre enredos, suposiciones y mutuas imputaciones, que llevaron a la madre y al padre a estar bajo sospecha; careos a las dos encargadas de cuidarla, dado que Paulette era una niña con discapacidades. Primero la niña había desaparecido; luego fue encontrada bajo su propia cama, la cual había sido revisada por los peritos y la intervención directa del procurador Alberto Bazbaz Sacal quien, en principio, señaló a la madre como presunta responsable.

Pasaron los días, mientras el desgobernador Peña Nieto, galán de la sucesión presidencial con ambiciones bastante copeteadas, anduvo de paseo internacional, dejando que su procurador, porque él lo nombra (y lo puede quitar y hasta consignarlo por incompetente), y el caso se enredaba hasta que se fue diluyendo en informaciones de la Procuraduría, en el sentido de preparar el terreno para exculpar a los sospechosos y terminar diciendo que su muerte, con rasgos de homicidio y hasta culposo, fue culpa de la niña que rodó a la orilla de la cama y se asfixió con las sábanas y el colchón... mientras estaba al cuidado de sus padres y, a sabiendas de las limitaciones de su hija, la abandonaron en su recámara.

Finalmente los funcionarios de Peña Nieto han determinado que Paulette murió por “accidente”. Los intereses creados en torno al caso quedaron sintetizados en la caricatura de Helguera (La Jornada: 22/V/10), donde el tal baboso, perdón, Bazbaz, caricaturizado como inepto, tiene una primera expresión: “Paulette quedó atrapada en el espacio que hay libre... entre mi ineptitud y los compromisos de Peña Nieto”. Está claro que en el “accidente” que causó el fallecimiento de Paulette, hubo complicidades políticas del peñanietismo que desde su imposición como desgobernador por su tío Montiel (depredador del Estado de México) hasta Paulette, pasando por la matanza de Atenco, los millones gastados en publicidad y demás devastaciones, el precandidato presidencial sigue acumulando hechos y actos con omisiones y negligencias, que lo inhabilitarán como aspirante cuando en el 2011 concluya su sangriento y corrupto sexenio. Todo cuenta en la política y más en esta sucesión presidencial tras el fracaso calderonista.

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