domingo, 23 de enero de 2011

No queremos el terrorismo cupular

¡¡Exijamos lo Imposible!!
EDITORIAL

• De torturas y terrorismo.

Toda vez que las torturas recién exhibidas por Sanjuana Martínez en La Jornada, las Recomendaciones de los Derechos Humanos no atendidas, y los “daños colaterales”, es decir, la muerte de gente que nada tenía que ver en la guerra (a la que hoy Calderón califica de lucha) son ya excesivos.

Sin poder obviar que treinta y tantos mil muertos (hasta ahora) son una matanza en cualquier parte del mundo.

El inminente reclamo internacional hacia la presente Administración; a la que seguramente seguirá la de quien lo sustituya, pues nadie duda que se forme una Comisión de la Verdad que sacaría a relucir muchas cosas y encontraría culpables directos de violaciones graves a los Derechos Humanos.

Parece ser que el Gobierno ha optado por el terrorismo; y los coches bomba se comienzan a poner de moda.

Es tal el descrédito hacia Calderón, que no faltan voces que dicen que es el propio Gobierno quien los hace estallar para enardecer a la opinión pública contra los narcotraficantes (muy al estilo de los EEUU, que tal vez asesoran y sirven de ejemplo)

Los primeros estallidos no hirieron a nadie, ahora ya hubo un policía muerto y otros heridos. El próximo paso, siguiendo el cartabón, sería un civil y luego una mujer con un niño.

Como en las películas o las series de detectives que pasan por TV y que están tan de moda. Siempre agarran a los malosos, como a los “zetas” que nos cuenta Sanjuana. Aquí todos los días aprenden delincuentes (menos al Chapo, claro) Así de originales.

Siempre se ha sabido de las torturas desde tiempos milenarios y el fabricar delitos y delincuentes siempre ha sido propio de nuestras Autoridades.

Solo que ahora existe un antecedente que, aunado a las nuevas denuncias que sin duda vendrán, puede aún más agravar el caso de responsabilidad de la Armada de México.

Y es el que los marinos vejaron el cadáver de Arturo Beltrán Leyva; y todavía tuvieron el mal gusto de filmarlo.

Por más que personajes, gobiernos e instituciones internacionales aprueben y hasta aplaudan la guerra de don Felipe, parece ser que ya hay mucho en riesgo y han pensado que la solución es el terrorismo.

Lo mismo y si el asunto se pone más grave, que se pondrá, deciden convenientemente respetar a la Constitución y ni siquiera habría elecciones.

El sentido común dice que los narcotraficantes no son beneficiados con el terrorismo, las Autoridades parece ser que sí.

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