martes, 22 de marzo de 2011

Ni siquiera los cuentos son chinos

¡¡Exijamos lo Imposible!!
PRD, cascarón partido

Estado de los ESTADOS

Zambrano, las mismas corrupciones
Padierna, insolente enriquecimiento
Sólo Encinas puede derrotar al PRI
AMLO, único con Proyecto de país
“Decisión personal” de Pascual: EU

“La ambición suele hacer traidores”.-
Cristina II

Tal y como se lo habíamos referido, el fin de semana ha marcado la ruta que habrá de seguir la otrora segunda fuerza política nacional: el PRD. La llegada de Jesús Zambrano y la postura que ha mantenido incluso para poder allegarse la presidencia de ese partido y la que asume públicamente Dolores Padierna, ahora segunda de abordo en el CEN de esa organización, dan la clara impresión de que no habrá una relación tersa que les permita reunificarse. Ambos presentan lados, del todo flacos y largos pasados, que pueden ser aprovechados por unos o por otros según la ocasión. Esta exhibición ha reafirmado dentro de la militancia perredista que el único al que habrá de reconocer, no sólo como candidato sino como dirigente de izquierda, es a AMLO.

En tanto que apenas cerca de 3 centenas se reunieron para discutir y aprobar a la nueva dirigencia, el Auditorio Nacional, los perredistas, los petistas y los de Convergencia convocados por el tabasqueño abarrotaron el lugar, incluso fuera de él quedaron varios cientos de ciudadanos que escucharon lo expresado por el ex candidato presidencial, con rostros que reflejaron esperanza. La línea entre unos y otros ha quedado muy marcada y todo apunta a que la de suyo indeleble estructura que ha acompañado en los procesos electorales al perredismo terminará por derrumbarse estrepitosamente, ante la llegada de una pareja como la que actualmente conforma su dirigencia.

Jesús Zambrano, habrá que recordarlo, fue guerrillero; estuvo dentro de la llamada “Liga 23 de Septiembre”, misma que fue ferozmente combatida por un grupo denominado “Brigada Blanca” conformada por militares y miembros de la desaparecida Dirección Federal de Seguridad, encabezada por el finado Fernando Gutiérrez Barrios. Zambrano sólo estuvo en la cárcel durante un año y los últimos 20 los ha pasado al lado del otro “chucho”, de Ortega, de ahí que se le propusiera abiertamente para la sucesión, ya que sólo cambia el rostro y la estatura, el color, porque el olor y el pensamiento así como las ambiciones siguen siendo las mismas. A este otro Jesús, a la versión II, se le conoce también por su gran afición a las bebidas embriagantes que aunque no son tan caras como el tequila que en el presente consume Carlos Navarrete, sus efectos son los mismos y lo presume en varios lugares y entidades.

“Chucho II” ha dejado a su paso grandes muestras de ambición desmedida, en lo que se refiere a lo económico, y la opacidad con la que se ha manejado ante los medios de comunicación, ha sido su mejor protección para lograr ir formando un patrimonio que nunca imaginó en sus años de lucha contra el PRI y tratando de reivindicar a los más desprotegidos para que fueran insertados en los programas de beneficio que el gobierno de entonces ofrecía y que para variar, quedaba en unas cuantas manos. Se considera un gran operador político y de ahí que surgiera su posición a favor de las alianzas y se mantenga vigente el hecho de querer imponerla en la selección de candidato a la gubernatura por el Estado de México.

Por su parte, doña Dolores Padierna ha estado en el centro de toda clase de críticas. Su enriquecimiento data del manejo que ha tenido a través de organizaciones con ciudadanos que invaden predios y reclaman vivienda. Junto con el “señor de las ligas”, René Bejarano, formó una mancuerna temible. Su paso por la delegación Cuauhtémoc dejó al desnudo todas su andanzas en la administración y nunca pudo entregar cuentas ni medianamente claras. El empuje con el que se dedicó a perseguir a los antreros, a cerrar cantinas, a liquidar a la zona rosa convirtiéndola en zona de prostitución abierta, sin ningún tapujos, le permitió amasar un gran capital ya que un día cerraba cualquier lugar y, en menos de 48 horas, ya estaba abierto previa entrega de dinero a un personero delegacional que incluso fijaba las cuotas para seguir operando; la paga era mensual y así se vendían lo mismo esquinas para los y las sexoservidoras que ampliaciones de horario y se disimulaba cuando no había estacionamientos o se colocaban anuncios luminosos en zonas prohibidas.

La “cola” de esta nueva dirigencia del PRD es verdaderamente larga y detrás de ellos hay otros personajes que, como ya también saborearon las mieles del poder, la tienen mucho más larga y están incrustados de uno y otro lado. De ahí que adquiera una cada vez mayor relevancia la lucha de López Obrador por mantener vigentes no sólo a los militantes sino tal vez las siglas del partido evitando cualquier tipo de alianza o de respaldo de esta clase de personajes. Basta con voltear la mirada hacia lo que puede suceder en el Estado de México para percatarnos de la importancia de mantenerse, como dice el refrán: “más vale solo que mal acompañado”.

Porque ninguno de los que se han nombrado como posibles candidatos de la alianza podrá enfrentar con relativo éxito al PRI y a cualquier de los que decidan puede representarlos en la contienda por venir. Ni Ulises Ramírez Núñez, ni José Luis Durán Reveles, menos aún Luis Felipe Bravo Mena, tienen forma de acercarse a los mexiquenses sin tener que agachar la cabeza, ya que todos estos ex alcaldes y ex legisladores han salido fuertemente señalados por los malos manejos y los abusos en sus alcaldías, y el ex secretario particular de Felipe Calderón no es lo suficientemente conocido, con todo y que sus relaciones con el clero han sido fuertes y tal vez por ello, el estar cerca de don Onésimo Zepeda sería tanto como recibir el “beso del diablo”.

De desistir el PRD en la alianza, según lo ha propuesto la Padierna, e ir con el PT y Convergencia, con Alejando Encinas como candidato, lo más seguro es lograr enfrentar con éxito a la pesada y gigantesca maquinaria priísta. A Encinas intentaron criticarle el plantón en el Paseo de la Reforma, a causa de la inconformidad de millones de ciudadanos por la forma en la que le fue arrebatado el triunfo presidencial al tabasqueño, sin embargo de no haber sido por permitir que de esa forma se le diera cause a la ira ciudadana, seguramente que los brotes de violencia hubiesen surgido por doquier y el panorama nacional sería otro y no precisamente mejor.

Hizo un magnífico papel cubriendo el tiempo que faltaba para el cambio de gobierno en el Distrito Federal; sus cuentas fueron claras, concluyó obras, manejó en tan corto tiempo su propio estilo. Es un hombre serio, humano, accesible y sensible, maneja un lenguaje claro y sus principios parecen no haberse modificado ni aún teniendo enfrente el gran pastel que significan miles de millones de pesos como se manejan en la capital de la República. Encinas sí que es un enemigo fuerte para el PRI ya que, tal y como sucedió en el 2006, sería la gente la que se abocaría a cambiar los números en el conteo de votos y derrumbaría esa gran estructura que el tricolor ha mantenido durante décadas de manejo del poder estatal.

La moneda está en el aire y, por desgracia, dependerá del acuerdo entre la dirigencia actual perredista y los panistas que se logre o no otra aberrante alianza, como las que han venido conformando para hacerse del poder en varias entidades, ya que eso de que será la militancia o los ciudadanos quienes decidan es un gran cuento y tal absurdo que ni siquiera se le puede llamar “chino”.

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