domingo, 29 de mayo de 2011

Amenaza de regresión democrática

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Calderón: ¿peripecias, perspicacias o paparruchas?
por Alán Arias Marín
Domingo, 29 de Mayo de 2011


Las apuestas por Carstens y Cordero tienen miga, si salen mal no importa tanto; lo de Michoacán es sumamente grave, si sale bien indica autoritarismo, amenaza de regresión democrática.

Suceden cosas en este país que son de no creerse. Son tan inverosímiles, tan impropias y, a la vez, tan serias y preocupantes que resulta difícil reaccionar con sentido ante ellas y más todavía atribuir razones que las expliquen. En esta semana han sucedido por lo menos tres, dos en el ámbito económico y financiero y otra en el espacio propiamente político. Las dos primeras, Carstens y Cordero, tienen miga, si salen mal no importa tanto; lo de Michoacán es de suma gravedad, si sale bien será un indicador de un creciente autoritarismo, una amenaza seria de regresión de la frágil democracia mexicana. La conspicua reunión de dirigentes de PAN, PRI y PRD con el gobernador Leonel Godoy y empresarios de Michoacán, para explorar la idea de un candidato de unidad sobre un programa común, toda vez los riesgos del beligerante crimen organizado. Motivo de desasosiego que merece análisis aparte. En las tres existe la sólida presunción de que el presidente Calderón las alienta e induce; ninguna parece obedecer a una racionalidad democrática. ¿Son meras peripecias perspicaces o paparruchas?

El “destape” de Ernesto Cordero, secretario de Hacienda, por parte de un grupo de distinguidosmedianospanistas y la propuesta formal del gobierno de México para que Agustín Carstens, gobernador del Banco central, sustituya a Dominique Strauss-Kahn (acusado de agresión sexual), en la presidencia del FMI.

Carstens es un economista formado en las corrientes dominantes en los organismos internacionales, ha sido funcionario del FMI, incluso, fue anunciado como secretario de Hacienda por funcionarios del Fondo y, luego, reemplazó a Guillermo Ortiz en el Banxico. Diagnosticó con retraso y afán minimizador —“el catarrito” (equivalente a un desplome del 6.5 del PIB)— la crisis 2008-09; aplicó políticas de reactivación de efectos limitados y subordinados (al crecimiento USA), todavía, pese a la recuperación, por debajo de los indicadores 2008.

Tiene las “credenciales” pero no es una propuesta realista; es una jugada (¿a futuro?) que se monta en la idea de una negociación democrática (China) como método en los organismos internacionales hegemonizados por USA (55% de poder decisorio en el FMI, junto con Canadá) y Europa (30%); se requiere 85% (USA tiene veto al contar con 17% individualmente) para elegir al director-gerente, hasta ahora siempre europeo (hombre), como acuerdo tácito en reciprocidad con un estadounidense para dirigir el Banco Mundial. México influye con menos de 2%.

Timothy Geither, secretario del Tesoro de USA, apoya Christine Lagarde (a Hillary Clinton le agrada que la directiva sea mujer). China argumenta apertura en la elección pero simpatiza con la ministra francesa; el BRIC y Sudáfrica, en el mismo tenor, plantean una adecuada representación de miembros de los mercados emergentes y países en desarrollo en la administración del FMI, pero no apoyan a Carstens; Brasil explícitamente se opone y recuerda la presencia mexicana en la OCDE, con Gurría, recién reelecto para cinco años y de Alicia Bárcena en la Cepal, desde 2008. La argumentación europeísta insiste en que un porcentaje muy alto de los préstamos del Fondo están en Europa y, particularmente, atañen a Grecia, Portugal, Irlanda yprobablemente España.

Pero ahí está Carstens presentando en boca propia sus méritos y Ernesto Cordero haciendo declaraciones a su favor de su exjefe en la reunión de ministros de la OCDE (Gurría amarrando su re-elección apoya a Lagarde y una vez re-electo pondera las virtudes de ambos…). Mientras, en México, una carta de 134 militantes panistas, dos gobernadores (uno recién converso del PRD), algunos munícipes y diputados y senadores (lejos de ser mayoritarios) proponen a Cordero, desatando el abierto enojo de Vázquez Mota y Creel, del presidente partidario Madero y, también, aunque conspicuos, Lujambio, Heriberto Félix y Javier Lozano, éste embozado. Se trata de un grupo “calderonista” reeditando defectuosamente una práctica del priísmo, dejando ver no tanto división de opiniones, lo que es normal y plausible, sino desorden, precaria estrategia e improvisación (¿perspicacia?).

En las difíciles condiciones establecidas por la crisis, poner en juego simultáneamente a Carstens y Cordero, con las tensiones y riesgos que implican, deriva en arriesgar la estabilidad económico financiera del país. Con mínimas probabilidades de éxito en el FMI y acaso precipitando la renuncia del secretario de Hacienda (8 de septiembre, presentación del presupuesto 2012) que, una vez aceptada su pretensión presidencialista pierde toda credibilidad técnica y de negociación, las peripecias inducidas del presidente problematizan la supuesta perspicacia que las inspira y las precipita en el reino de las paparruchadas.

FCPyS-UNAM. Cenadeh.

alan.arias@usa.net

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