sábado, 29 de octubre de 2011

Ya llegó, ya está aquí, el titiritero prianista

¡¡Exijamos lo Imposible!!
¿Qué hacer?, pregunta Salinas

Satiricosas
Manú Dornbierer

Ante el ruinoso desastre que han sido para este país los gobiernos panistas de Vicente Fox y Felipe Calderón, el priísta que diseñó e inició con George Bush padre la catástrofe neoliberal de México, Carlos Salinas de Gortari, pregunta “¿Qué hacer?” y se responde “La alternativa ciudadana”. ¡Y tiene razón! No hay de otra. Pero se echa la soga al cuello pues dicha alternativa sólo la ofrece genuinamente MORENA, el Movimiento de Regeneración Nacional que ha creado en estos últimos años, ca-mi-nan-do por todo el territorio nacional, Andrés Manuel López Obrador, al que el pelón y sus criaturas odian y temen como a nadie.

No está informado, este Carlos, caramba. Eso que él tardíamente propone, existe ya, pero con un líder de patriotismo demostrado, no un vendepatrias como los prianistas, engendrados por él y su compinche Diego. El pasado 2 de octubre Morena se constituyó en Asociación Civil, ergo “un poder social para detener la degradación nacional y lograr, de manera pacífica y democrática, el cambio político, económico, social y cultural que el país necesita”. Cuenta con una militancia heterogénea, unida por el ideal de una patria más limpia y fuerte, de 4 millones de ciudadanos inscritos, 2 mil 421 comités municipales, 39 mil comités seccionales, en los 32 estados. Y hay que ver con qué eficacia y unión trabajan. Los medios lo callan en pro de los gastados y torpes spots del presidente del Infierno Federal. Mientras destruye sistemáticamente al país, el hermanito de la Cocoa nos repite desde hace 5 años que él es muy mono y que aquél al que le robó la presidencia es “un peligro”. ¿Quién se lo traga entre tanto cadáver, tanta ruina, tanto miedo que Felipe de Jesús Calderón Hinojosa ha propiciado?

Y Salinas por su parte, respecto al presidente de facto en funciones, sin ambages ni preocupación por los más de 50 mil mexicanos asesinados por el régimen “de limpieza”, confiesa a Oscar Mario Beteta su admiración por él al hablar de “la valentía que ha observado en el presidente Felipe Calderón al enfrentar a todos los grupos criminales”, la misma radiofórmula que utilizan los gringos para impulsar su guerra “santa”. El diablo los crea y ellos se juntan. Tan ilegítimo Salinas como el actual presidente, ya que en 1988 le robó el triunfo al candidato de izquierda, Cuauhtémoc Cárdenas. ¿O no fue así, Manuel Camacho? La diferencia entre Cuauhtémoc y Andrés Manuel, es que el primero lo aceptó bastante pasivamente “para evitar el derrame de sangre” (aunque Salinas le mataría a 600 perredistas) y el segundo tiene 5 años creando precisamente esa estupenda alternativa ciudadana que, ¡oh! paradoja, hoy propone en negro sobre blanco un Salinas despistado que se pregunta qué hacer.

INTELECTUALES ORGÁNICOS

Les pega bien y bonito Salinas a algunos colegas así clasificados por él en su nuevo libro también dedicado a ensalzarse. Pero los ciudadanos comunes y corrientes cuyo aplauso pretende bien que mal, quizás no sepan ni sin adjetivos qué son esos entes llamados intelectuales. Ni van a gastar en un libro dedicado a la clase política (que además tampoco sabe gran cosa). Expliquemos pues, ya que Elba Ester está ocupada en elevar el nivel educativo de sus maestros para mejorar la transa electoral que tiene ya en subasta para el año que entra.

Intelectual es una persona que tiene la capacidad y el interés de estudiar desde un punto de vista crítico la realidad objetiva y siente el deber social de opinar al respecto para ilustrar a la comunidad. No se libra por supuesto de la intención de influir en la “cosa pública” y si sus opiniones, propuestas o críticas son coherentes, puede llegar a tener una cierta influencia desde el mundo del conocimiento y de la consecuente reflexión crítica. Se supone que tiene una visión superior, más amplia y a la vez precisa, más justa y útil que la que puede tener un ignorante visceral e irreflexivo que se encuentra en cualquier segmento social, muchos en las clases sociales pudientes, que basa su percepción política en sus intereses personales o de grupo o en un “me cae gordo o me cae bien” fulano de tal. Ese tipo de motivación hace mucho daño pues el fulano en cuestión va a tener influencia sobre el destino nacional. Y claro, según sus ideas e intereses los intelectuales forman grupos. Algunos mercenarios, como lo vemos cada sexenio.

En términos de marxismo, un intelectual orgánico como los que menciona el pedante pelón es aquel que, pese a pertenecer a una clase superior, se compromete con la condición de las clases bajas y trabaja por la liberación de los que “menos tienen”. “Intelectual Orgánico” es un concepto marxista, desarrollado por Antonio Gramsci (1891-1937) activista político italiano, fundador del Partido Comunista, extremadamente brillante pensador (sólo físicamente jorobado) que decía: “La labor del intelectual puede ser “la justificación ideológica de la superestructura político-ideológica existente”, en beneficio del predominio social de las clases dominantes (hoy muy común pensamiento neoliberal de derecha) o puede ser su crítica, en defensa y beneficio de las clases dominadas”.

A veces los intelectuales emiten opiniones raras sobre lo que es un intelectual. Decía Jean Paul Sastre, padre del Existencialismo, que “Intelectual es el que se mete en lo que no le importa” (L’intellectuel est quelqu’un qui se mêle de ce qui ne le regarde pas), y francamente nunca entendí porqué. Yo pienso que a todos nos debe importar todo. El término “intelectual” se acuñó por cierto en Francia durante el Caso Dreyfus (1899) para designar al conjunto de personajes de la ciencia, el arte y la cultura, como Emile Zola, autor del famoso “Yo Acuso”, o Anatole France, que con otros se opusieron a la injusticia cometida contra el capitán judío Alfred Dreyfus, acusado de traición y ominosamente degradado.

En general se designa como intelectuales a filósofos, científicos, artistas, escritores y periodistas comprometidos. En el México actual, sin embargo, no es cuestión de ideas. Es cuestión de rating del instante, es decir de vacas sagradas de los medios. Contra ellas se lanza Salinas porque dejaron de adorarlo y no comprenden que si él buscaba después de su espuriato un gran puesto internacional y no se lo dieron, es porque le ordenaron sus jefes, después de sus exilios y huelgas de hambre, que volviera al país a servirlos como titiritero prianista.
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