sábado, 28 de julio de 2012

La historia vuelve a repetirse, otro fraude

¡¡Exijamos lo Imposible!! 
La indignación es mundial 
Manú Dornbierer

Satiricosas

La nueva crisis del capitalismo -ya verdaderamente insostenible como sistema- tiene indignados y asustados a los ciudadanos europeos a los que les prometió vida de Primer Mundo para todos (como a México en los 90, el hoy triunfante Carlos Salinas, émulo y alumno de su amiga Elba Ester Gordillo en materia electoral). A la mayoría de los indignados hoy sólo les queda una burbuja rota y deudas impagables, nulo futuro, y, eso , decenas de enredadas páginas y más páginas de economía que les asestan políticos y tecnócratas: “Los economistas” que por lo visto sólo sirven para enriquecer más a los más ricos y dejar en la chilla a la mayoría. ¿O no ha sido así?

La humanidad no entiende que mientras no se solucionen los problemas esenciales de la vida, ya sea pública o particular -con auténtica justicia y verdad- “la historia vuelve a repetirse”, pues la crisis es parte sistémica pre-planeada.

Si no se resuelven los problemas con honestidad, nada va realmente hacia adelante. Nada se resuelve realmente con hipotecas y sueños momentáneos que como castillos de naipes se desmoronan cuando así conviene a los intereses de los dueños del capital. El capitalismo a ultranza de hoy no permite un auténtico y sostenido progreso. Esto es más que una evidencia.

Es un verdadero precepto para los que ya hemos vivido mucho. Y lo peor es que a nivel mundial se repiten los mismos problemas con más saña y a mayor escala cada vez que se aplican sistemas viciados como del monetarismo, hoy a la enésima potencia, entre otras razones debido al aumento de la población con todo lo que conlleva y dada la globalización actual… sólo para lo malo y para extirparle el último dinero a la gente. Rara vez para éxitos.

Esto se está percibiendo cada vez con más claridad a nivel mundial. Ya no es posible desestimar ¡nunca más! a millones de seres humanos y atacar una vez tras otra sus derechos más elementales y sus necesidades más ingentes. El planeta también les pertenece -¿A VER. POR QUÉ SU MALDITOS TRANSGÉNICOS NO RESUELVEN LA HAMBRUNA EN AFRICA? Le pregunté a una investigadora en agronomía de la universidad francesa de Monpellier. Lo que quieren es ganar dinero, respondió simplemente. Ser dueños de la agronomía mundial.

¿De qué no quieren ser dueños? Buen ejemplo el de la construcción: Los bancos se dicen: Le sacamos a la gente todo lo que se pueda. La obligamos a endeudarse. Le hacemos ganar millones rápidos y fáciles durante un lapso. Especialmente a los jóvenes. Dejan sus estudios y trabajos para irse a los bienes raíces. Una vez entrampados, los dejamos caer. Ya no pueden pagar las hipotecas. Ya no hay hipotecas. Los bancos son dueños de todo. Tan sencillo como eso. Los países se hunden, pero a la población los gobiernos están listos para apretarle las clavijas de los impuestos, de la “necesaria austeridad”. Los platos rotos los paga la población más frágil. Ya hemos oído esa historia.

 Y todo este desastre sólo para que un puñado de inmorales y variopintos privilegiados, todos unidos por los dioses PODER Y DINERO, reinen sobre la actual conciencia humana como nunca antes y se crean destinados a seguir siendo los dueños exclusivos del mundo, explotándolo para enriquecerse y empoderarse cada día más a expensas y en detrimento de la inmensa mayoría de terrícolas paupérrimos.

Eso es lo que le sucede hoy a las tres penínsulas sureñas de Europa: Grecia, Italia y España (sin olvidar Portugal) otrora gloriosas madres de la civilización occidental. Es lo mismo que le ha sucedido a lo largo de la historia a todos los países considerados “menores” por el devorador capitalismo, que cual esperanzados borregos se entregan a él, a los designios de los bancos, los principales organismos depredadores, propiedad de unas cuantas familias más o menos canallescas, pero que son altamente admiradas en revistas como HOLA. Dueños de todos los negocios que se congregan en la llamada macroeconomía manejada por los gemelos de Bretton Woods, el Banco Mundial y el FMI al que Calderón le acaba de soltar 10 mil millones de dólares de “nuestras” cacareadas reservas, repito y repetiré hasta que los juzguen por ello los mexicanos “de a pie”.

Los gobiernos están al servicio de los bancos, de las transnacionales, de lo que han dado en llamar la macroeconomía que nada tiene que ver con la economía de una comunidad de seres humanos comunes y corrientes. Esto suena a cuento, a ciencia ficción, PERO EL HECHO ES QUE SON UNOS CUANTOS MILES DE PERSONAS LOS DUEÑOS DEL PLANETA TIERRA.

Inicio estas “instantáneas” a bordo de un avión de Iberia, después de un recorrido familiar por varios países europeos y de haber conversado con cuanta “gente de la calle” he podido para conocer la opinión ciudadana auténtica sobre la crisis económica mundial que está haciendo sufrir en carne propia, no en el papel, no en números, no en estadísticas ni en teoría, sino en la vida diaria, cotidiana, verdadera, a sociedades enteras.

No son mexicanos mitos de Mitovsky para tratar de ocultar la vergonzosa compra con alimentos del voto en México en 2012, por cierto comentada con frecuencia en la prensa y TV europea en estas semanas con la aparición en pantalla de las tiendas Soriana, las regiomontanas pagadoras de votos del PRI (en las que no volveré a comprar ni un diente de ajo) ni estadísticas interesadas y ni siquiera profesionales, las que hoy comparto con los lectores. Mi percepción de la actualidad es simple resultado de muchas conversaciones con personas, “de a pie”, dicen los españoles, de diversos países que encontré en estas semanas de vacaciones. No se necesitan títulos universitarios neoliberales como Itam y Anáhuac (esas las tenía desafortunadamente entre algunos jóvenes mexicanos endoctrinados por las llamadas “universidades”, es decir centros de docencia universal, pero en la realidad centros de propaganda y coco wash precisamente del neoliberalismo). Para percibir la realidad, es mejor escuchar al que la vive.

Un europeo común entiende y expresa su visión de “el horror económico” que abruma al mundo y del que ya alertaban en las últimas décadas del siglo XX escritores como la francesa (de nombre inglés), Christiane Forrester, cuando dos anglosajones, en realidad de pocas luces, Ronald Reagan y la Dama de Hierro, Margaret Thatcher, que terminaron ambos en pesadillas tremendas de Alzheimer, decidieron seguir las órdenes de los banqueros internacionales y apresar al planeta en el indecente neoliberalismo que les comandaron los ricos de los ricos para aplicar “El Nuevo Orden Mundial” hoy en boga.

No hay nada nuevo bajo el sol y el mundo ya había conocido “crisis del dinero”, pero jamás como ésta porque se multiplica el mal a la enésima potencia en la era de la comunicación ergo de la globalización, con el culto general al dinero. Ya no es sólo una crisis de la “Avaricia Americana” como en 1929.

En la Plaza de España, en Madrid, admirando los copetes de los edificios, descubrí en uno de la compañía “TELEFONICA”, una definición actual en inmensa letras negras escritas por ingeniosos y atrevidos grafiteros: “KAPUTALISMO”. Pero si quieres explicaciones largas, intensas y técnicas de lo que sucede en España con la burbuja de los bienes raíces y la sobreoferta de hipotecas para hacerte caer de más arriba, que también arruinó a tajadas de las clases medias gringas, lee al periodista Mariano Guindal en “Los días que vivimos peligrosamente”.

Insisto, la verdad es que la gente en España (igual que muchos otros) ha comprendido por lo pronto que la crisis ya desatada, como me dijo una mujer trabajadora al borde de las lágrimas, ha acabado no nada más con los sueños de toda una generación sino con sus posibilidades de un bienestar elemental que ya se tenía antes del euro. No fue Ernesto Zedillo el que dijo que un buen gobernante se mide por el bienestar que brinda a su pueblo. Fue Confucio. Y sigue siendo obviamente cierto. Zapatero ha desaparecido. Rajoy grita como siempre sin soluciones.

En Francia la gente está contenta de que se haya largado Sarkozy. Ibamos en el mismo nefasto camino que los demás, me dijo el gerente de un hotel. Todavía estamos a tiempo.

Pero hay opiniones contra el presidente Hollande y no por los líos interfamiliares con su actual mujer y la anterior con la que tuvo el tino de engendrar 4 hijos, sino porque quiere que los ricos paguen impuestos, figúrese Ud. qué locura. El derechista “Le Figaro” no se mide. ¿Cobrarle impuestos a los ricos, decía un editorial de plana? Se van a ir de Francia todas las grandes fortunas. Y los jóvenes talentos.

Ay, me dije transfiriendo la figaresca opinión a México, si es cierto, rápido, que le cobren impuestos a Televisa y anexas a ver si así nos los quitamos de encima. Mientras, hagamos caso a Soy 132, me gusta. Bajémosles el rating a los Gómez-Jean.

Salvo la vergüenza de una elección tan primitivamente comprada y las grotescas pruebas de las tiendas Soriana, que además le hicieron trampa a la pobre gente, no supe nada directo de México. En cambio leí casi a diario noticias del Mercosur. La dignidad de ciertos países americanos frente al multicitado neoliberalismo tiene buena prensa. No así la república bananera que ha vuelto a ser México a ojos de los ciudadanos del viejo continente. Ni tiempo, ni ganas francamente, pero al llegar con gran ilusión después de 10 horas de vuelo y 4 horas para romper el bloqueo de millones de autos hasta a mi domicilio en el DF, sin ver un solo agente de tránsito que intentara aliviar en algo la situación de millones de personas, me pregunté si Marcelo merece haber sido nombrado el mejor alcalde del mundo.

satiricosas@gmail.com 

No hay comentarios: