lunes, 24 de septiembre de 2012

Reforma entrevista a Andrés Manuel

 No claudicaremos seguiremos adelante hasta el gran final...Final
¡¡Exijamos lo Imposible!!
Entrevista / Andrés Manuel López Obrador / ‘Vamos a recomenzar’

Entrevista La izquierda. Andrés Manuel López Obrador. El ex candidato presidencial anuncia que Morena va a estar en el escenario político como una opción distinta, como una revolución de conciencias
Roberto Zamarripa

(23 septiembre 2012).- “Aunque me quede solo”, manotea Andrés Manuel López Obrador. No se va. No se retira. No se jubila.

Pero hay una frase, hecha famosa en una película, donde advirtió “si pierdo me voy a La Chingada (su rancho en Palenque)” y que volvió a decir en una reunión con empresarios en la pasada campaña. Dijo, yo me voy…

“Sí. El problema ahí es que hay varias connotaciones. Primero, yo no voy a dejar de luchar toda mi vida. Digo, mientras tenga vida, voy a luchar.

“Acerca de si voy a ser candidato, o no voy a ser candidato en el futuro, eso lo debe de decidir la gente. No tienen por qué decidirlo mis adversarios. Es lo que quieren los que mandan en el país, que no me ven con buenos ojos. Muchos diciendo ‘ya, hágase a un lado, retírese’.

“¿Con qué derecho quieren mis adversarios que yo me haga a un lado? Es mucha arrogancia, mucha prepotencia”.

Habla en entrevista de dos fases. Primero, en su departamento al sur de la Ciudad de México y luego en su oficina de la colonia Roma. En su departamento se oye únicamente el ronroneo de un refrigerador. López Obrador se quedó solo. Su esposa hizo puente con su pequeño hijo Jesús. Él hace y sirve el café y el almuerzo; levanta los platos, limpia. La estancia es sobria. Algunas fotografías en las paredes, una cajetilla de cigarros y un libro en la mesa. Nada más.

La mañana del lunes 17 en que Marcelo Ebrard rinde su último Informe de Gobierno ante la Asamblea Legislativa, López Obrador -antecesor en la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal- almuerza en su departamento tlacoyos de masa azul con nopales y crema. Les quita la lechuga, los dobla con su mano como si fuera taco. Engulle.

La tarde del día en que Ebrard rinde su “Informe ciudadano” en el Auditorio Nacional (martes 18), el tabasqueño recibe en sus oficinas a varios asistentes que dividieron su jornada en aplaudirle a Marcelo por la mañana y reportarse después con el ex candidato presidencial. Los abraza. Les dispensa minutos de escucha. Los deja ir en paz.

No cede. No admite. No se descarta.

Hay reclamos de que Andrés Manuel tiene que retirarse…
“Ah, sí”.

Dos campañas presidenciales que pierde…

“Lo expresan mucho mis adversarios”.

Pero también dentro del PRD o de la izquierda…

“Sí, pero fundamentalmente es algo que quisieran los que no me ven con buenos ojos”.

Ya está viejo, dicen…

“Me han avejentado mis adversarios. Quieren que me retire y han echado a andar una campaña diciendo de que estoy viejo, acabado, cansado”.

López Obrador trata de hacer una suma con los dedos de su mano. No le alcanzan.

“Voy a cumplir el 13 de noviembre 59 años. Treinta de los mandones de México, de los que se creen dueños de México son mayores. Sólo hay tres que tienen menos edad que yo. Está el caso de (Carlos) Salinas: es mayor que yo. Y no están pidiendo que se retire. Salinas es el jefe del grupo. Acaba de decir algo de mal gusto, burlándose de que se va a hacer una cirugía para no reírse tanto. Porque él es el padrino de (Enrique) Peña Nieto, o él fue jefe de la campaña de Peña Nieto, para desgracia de México y de los mexicanos. Entonces ¿cuándo me voy a retirar? Cuando haya patria para todos. Cuando México no sea país de unos cuantos. Cuando logremos el hermoso ideal de la justicia. Me voy a retirar cuando la gente lo decida.

“Sería el colmo que este grupo al que atribuyo la tragedia nacional -porque son los responsables de la actual decadencia- ahora hasta decidan sobre mi destino. Ellos no van a decidir cuándo me voy a retirar, aunque manden a sus voceros a decir que soy un lastre, que le hago mucho daño a la izquierda, que debo hacerme a un lado”.

El País, periódico de España, dijo que era un lastre…

“El País, un periódico extranjero, dijo, . Tiene intereses en México. Tiene relación con Televisa. Se ha dedicado a proteger a todas las empresas españolas que han hecho su agosto en México. Un periódico supuestamente progresista que está al servicio de las trasnacionales españolas.

“¿Qué les contesté? Que se ocuparan mejor de la crisis de España. Entonces, que se serenen, que no sean tan prepotentes. Que sean los ciudadanos los que decidan cuándo debo de retirarme”.

Pero si los ciudadanos ven en el 2018 que sigue activo eso inclina la opinión…

“Voy a luchar toda mi vida por mis principios, por mis ideales. Aunque me quede solo, nunca voy a dejar de luchar. Es una convicción. Dejar de luchar es como empezar a morir. Y también que les quede claro que no lucho por la ambición al poder por el poder, la ambición por el dinero. No me interesa el dinero, nunca me ha interesado el dinero.

“También sostengo que no todo el que tiene es malvado. Y en el caso del poder, estoy en esto por convicciones, por principios, por ideales, no buscando cargos. Las circunstancias me han llevado a ser el candidato porque así lo ha decidido mucha gente”.

En 2018, con 65 años de edad, puede ser candidato…

“Cuando los ciudadanos, la gente decida que ya no debo de ser candidato, pues ya no voy a ser candidato. Voy a seguir luchando sin ser candidato, pero eso lo va a decidir la gente. Nadie más. No me interesa la parafernalia del poder. No me interesa ni me gusta estarme codeando con gente inmoral, por eso cuido de no reunirme con políticos tradicionales. Además se corren riesgos. Hasta puede uno perder la cartera en esos encuentros”.

López Obrador suelta una carcajada. Parece disfrutar de su alegato. No lo quitan, no lo mueven, no modifica.

Un argumento para el retiro es que usted es un obstáculo para los cambios en el país, obstáculo de las reformas.

“Pues a lo mejor , fíjate, en eso tengan razón. Porque me opongo a que sigan saqueando México. Porque la política económica neoliberal que han aplicado no es más que eso: es transferir bienes de todos los mexicanos a un grupo. Lo que ellos llaman reformas estructurales no son más que acciones en contra del interés nacional y en contra del interés del pueblo y de las conquistas sociales de los mexicanos.

“Ahora por ejemplo, con Peña Nieto va a continuar la misma política de Salinas, por eso dice que le da risa lo que está pasando porque al final, y eso hay que reconocerlo, lo que se ha venido aplicando es el Salinismo como política. Eso fue lo que hizo Fox, eso fue lo que hizo Calderón, y eso es lo que va a hacer Peña Nieto. Es la política que tiene a México postrado. Entonces me opongo rotundamente. En ese sentido soy un obstáculo. Ojalá y pudiese yo detener todas esas reformas estructurales.

“Si hablan de reforma fiscal, es aumentar impuestos, sobre todo aumentar el IVA. Y mantener privilegios fiscales para los de mero arriba.

“Reforma energética en el caso de México pues es apoderarse del petróleo, quedarse con el petróleo, con el gas, con la industria eléctrica. Lo que han venido haciendo.

“Ahora hablan de la reforma laboral. Es una infamia lo que quieren hacer. El salario mínimo en México es 10 veces menor al de Estados Unidos. Allá se paga por hora. Aquí quieren que se pague por hora. Quieren pagar por cuatro horas, 30 pesos. Como a 7.50 la hora. ¿Sí? Si el salario en México fuese como en Estados Unidos, pues entonces que paguen por hora. Treinta pesos, ni para el pasaje de los trabajadores. Bueno, son muy insensatos, muy insensibles. Van a imponer la reforma laboral ¿Así va a progresar el país? ¡Nada! ¡Mentira!

“El país va a progresar si se acaba la corrupción, si impulsamos actividades productivas, si generamos empleos, si mejoramos las condiciones de vida de la gente. Es falso que el país no avance porque no se han aprobado las reformas estructurales. Para empezar, ya casi todo está aprobado.

“No tienen por qué culparnos a nosotros. ¿Qué culpa tenemos de la actuación de (Felipe) Calderón? Entró, y él lo sabe bien, por un fraude. Llegó a la Presidencia de manera ilegítima. Detentó el poder para desgracia de los mexicanos y se va con la protección que acordaron con Peña Nieto y con el PRI pero nunca va a tener su conciencia tranquila.

“Ahora, llega Peña Nieto. Tan la gente no espera nada de él que hay como luto nacional. Todavía hay quienes creen que son distintos el PRI y el PAN. Pero bueno, yo respeto ese punto de vista. Para mí es el PRIAN.

“Dicen, ‘regresa el PRI’. ¿Quién está alegre? Nadie. La gente está preocupada, se vive en la incertidumbre y esa es una razón más para no retirarnos”.

La verdad, tras la elección del pasado julio, López Obrador ya se fue a La Chingada (su rancho). Fue y vino. Y ya se volvió a ir. Allá se refugia para escribir un nuevo libro. El onceavo que escribe en un cuarto de siglo. Durante la campaña electoral del pasado semestre leyó literatura rusa. Leyó más de tres libros. Por ejemplo, horas antes de ir al polémico programa televisivo de Tercer Grado, previo a los comicios, no ensayó respuestas; esa noche leía a Dostoievski. Ahora habla con entusiasmo de intercambios epistolares de Tolstoi que revisó recientemente. Lecturas de fines del XIX y principios del XX, la época prerrevolucionaria en Rusia. Parece obsesionado con la época.

En una mesa de centro tiene el libro Momentos estelares de la humanidad del ensayista y biógrafo austriaco Stefan Zweig; una pieza ilustre en realidad, minimalista, que trata 14 asuntos épicos como la Caída de Constantinopla, la derrota de Napoleón en 1815, el indulto de Dostoievski en 1845 o el viaje de Lenin a Rusia en 1917.

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