domingo, 24 de febrero de 2013

Ignorante comparar EsPurioII con Madero

¡¡Exijamos lo Imposible!! 
Por Esto!
Comparación cretina 
María Teresa Jardí

Hay comparaciones imposibles y las hay atinadas. Pero también hay comparaciones cretinas

Me gusta la saga de Harry Potter, porque en ella se da la lucha entre el bien y el mal y además porque es entretenida y de lectura fácil para vaciar la mente cuando uno siente que estalla ante la realidad que se vive hoy día tan complicada y tan poco esperanzadora de cambio a corto plazo para el mundo y ni a largo en el caso mexicano. Y leo por estos días el último libro de J.K. Rowling, escrito para adultos, dice la autora o la propaganda del libro, aunque igual un libro que no deja de tener el mismo estilo que atrapa, pero que no convierte en favorito al punto de pensar en ese el libro como el que uno se llevaría a una isla desierta a la que no pudiese llevar más que un libro.

A propósito de compra del último libro de la Rowling, “Una vacante imprevista” publicada por por editorial Salamandra, mi nieto mayor, buen lector, quien, sin embargo, se ha negado a leer a la Rowling, me preguntaba si esa autora me gustaba tanto como Hennig Mankel y le hacía ver que esa era una comparación imposible. Como había sido imposible el comparar a Dostoievski con Herman Hesse, como había hecho yo ante mi padre, y le contaba la anécdota, ocurrida justamente cuando tenía su edad, de que un día le dije a mi padre que mis autores favoritos “para toda la vida” iban a ser Dostoievski y Herman Hesse. Y él me había contestado que eso era imposible. Que, conociéndome, como me conocía, me garantizaba que el primero, sin duda, lo iba a ser para siempre. Pero que el segundo a partir de los 25 años ni siquiera lo iba a volver a leer. Y le decía que se ha cumplido al pie de la letra su profecía.

Krause, posiblemente teniendo en la mente a Lincoln, a propósito de la película que por estos días se exhibe, en una entrevista radial, comparaba a Madero, el día del centenario de la muerte, de quien correctamente es llamado Padre de la Democracia. Aunque no se haya concretado nunca la misma porque, efectivamente, Victoriano Huerta la asesinó, al mismo tiempo que mataba a Pino Suaréz y a Madero. Una comparación atinada la del polémico historiador, como ustedes saben, quien lo mismo desata odios que amores, pero quien no deja de ser historiador.

Aunque querer comparar a Peña con Madero es una tomadura de pelo de quien teniendo un pasado represor, hoy se desempeña con Peña Nieto nada menos que como secretario de Educación.

Una comparación falta de respeto a un pueblo tan agraviado por individuos como Chuayffet, que, aunque haya sido por omisión, están involucrados en una masacre: la de Acteal, que debió alertar sobre el futuro, acatado para México, por ese otro impresentable que es Ernesto Zedillo.

La masacre de Acteal es un buen punto de partida para comenzar a analizar la cuenta regresiva de un México todavía soberano, convertido hoy en laboratorio de los yanquis, para lograr la entrega de los pocos bienes que le quedan a la nación. Cretina comparación de mafiosos que adueñados del poder ni siquiera atinan a distinguir quiénes son sus enemigos.

En unos días se convertirá en el gran zar represor a Mondragón. Bien haría Peña en pedir a las televisoras, tan amigas, los videos del 1 de enero, suponiendo que sea cierto que no se trató el evento represivo contra los estudiantes de una venganza al estilo de la de San Salvador Atenco.

En esos videos podría ver al que se va a convertir en el súper secretario encargado de la represión a modo de la entrega del país, enviando mensajes desde su celular en medio de la toma de posesión y agresión conjunta a los estudiantes. Está claro que ni siquiera saben a quién sirve cada quien.

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