martes, 28 de mayo de 2013

Lozano violó la ley y la usa para perseguir

¡¡Exijamos lo Imposible!! 
Homozapping
Segunda parte del Reportaje original publicado en Proceso, No. 1908. Consulta la primera parte aquí
El caso Unefon, “vendetta” de Lozano
(Segunda Parte)

La “doble cara” de Lozano

Alvarez Hoth aún recuerda cuando Javier Lozano, en 2001, le pidió que lo ayudara ante la Secretaría de la Función Pública por presuntas irregularidades en las licitaciones de unas bandas de 12 Mhz otorgadas en el sexenio de Ernesto Zedillo a favor del Grupo MVS.

“Fui a la Función Pública en 2001. Les expliqué que no hubo ninguna irregularidad. El trámite duró alrededor de tres años. Y Lozano hacía antesala en mi oficina para pedirme el favor”, rememoró.

La actitud de Lozano cambió cuando la Auditoría Superior de la Federación investigó y fue en contra de lo que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes había auditado en 2007. La ASF encontró que hubo irregularidades, pero no en el pago de 550 millones de pesos a Unefon sino en el otorgamiento de las prórrogas al pago de contraprestaciones que debió hacer la empresa.

“Lozano pertenece al mismo grupo político y de interés que viene desde el sexenio zedillista y que se aliaron con los calderonistas. Ahí estaban el entonces titular de la SCT, Luis Téllez, el oficial mayor de la dependencia, Fernando Casanueva, el subsecretario de Comunicaciones, Rafael del Villar, y el responsable jurídico de la SCT, Gonzalo Martínez Pous”, actual comisionado de la Cofetel.

Alvarez Hoth reseñó que Lozano Alarcón también se alió con el Grupo Televisa para iniciar una persecución jurídica en contra de los funcionarios de la SCT en el sexenio foxista. A principios del calderonismo, Unefon y Ricardo Salinas Pliego medían la posibilidad de una alianza con Carlos Slim, el accionista de Telmex y Telcel, para entonces enfrentado con el grupo de Emilio Azcárraga Jean en Televisa.

El origen del litigio con Unefon estuvo en las licitaciones de 1998, las primeras que entregó la Cofetel para telefonía móvil y fija inalámbricas para explotar durante los próximos 20 años. La Cofetel era presidida entonces por Javier Lozano.

En octubre de 1998 y en marzo de 1999 Javier Lozano y Gonzalo Martínez Pous, entonces director general adjunto de la SCT, autorizaron dos prórrogas irregulares a Unefon, en contra de las mismas bases de licitación que la Cofetel emitió en junio de 1997 para explotar estas frecuencias (ver Proceso 1626). Las bases establecieron que las compañías ganadoras debían pagar cuando menos 20 por ciento de la contraprestación, como pago inicial, y posteriormente, el 80 restante.

El 31 de agosto de 1998, Javier Sarro Cortina, representante de Unefon, le solicitó a Lozano la prórroga de 180 días para pagar el 80 por ciento restante. El pleno de Cofetel, sin facultades para ello, aprobó la primera prórroga el 1 de octubre, a cambio de que Unefon pagara una serie de intereses, como si se tratara de un crédito fiscal.

Unefon, entonces propiedad de Moisés Saba, no alcanzó a cubrir esa primera prórroga y solicitó otra. Aceptó que tenía pendiente de pagar 2 mil 96 millones de pesos, más 453 millones 681 mil pesos, en un oficio dirigido al entonces titular de la SCT, Carlos Ruiz Sacristán.

Lozano Alarcón emitió su opinión favorable y le otorgó una segunda prórroga a Unefon el 29 de marzo de 1999, algo inédito en la historia de las telecomunicaciones, según la propia Auditoría Superior de la Federación. El acta de notificación estuvo firmada por Jorge Antonio Miranda, notificador; por Javier Sarro Cortina, a nombre de la empresa, y por Gonzalo Martínez Pous y Alfonso Varela González, quienes aparecen como testigos.

La ASF estableció en su dictamen de 2008:

“Se comprobó que la empresa Sistemas Profesionales de Comunicación S.A. de C.V., ahora Operadora Unefon S.A. de C.V., resultó ganadora de 18 títulos de concesión que amparan 27 bandas de frecuencias, al ofrecer 2 mil 620 millones 905 mil pesos por las concesiones, habiendo pagado, conforme a las bases de licitación, 602 millones 808 mil pesos, correspondientes al 20 por ciento de la contraprestación.

“Para el pago del 80 restante, Unefon solicitó una prórroga de 180 días; al respecto, y sin tener facultades para ello, el pleno de la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel) autorizó indebidamente dicha prórroga, pero condicionándola al pago de intereses. Las tasas de dichos intereses fueron sometidas por Cofetel a la consideración de la Secretaría de Hacienda, dependencia que, sin tener tampoco facultades, señaló que las mismas eran adecuadas y que no encontraba objeción alguna para su aplicación”.

Durante el sexenio de Vicente Fox, Unefon emprendió una serie de demandas en tribunales y presiones políticas para reclamar el pago de 596 millones de pesos por la presunta irregularidad en los intereses establecidos en las dos prórrogas. En septiembre de 2006, el Sistema de Adminitración Tributaria le ordenó al subsecretario de Comunicaciones, Jorge Alvarez Hoth, que le pagara a Unefon “con sus recursos” el monto litigado. El 30 de noviembre de 2006, último día del sexenio, la SCT le pagó 550 millones de pesos a Unefon y quedaron 46 millones de pesos pendientes.

En junio de 2007, Unefon, ahora propiedad de Ricardo Salinas Pliego, emprendió un juicio contencioso administrativo en el Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa para reclamar el pago de 46 millones de pesos restantes, así como otros 3 mil 57 millones de pesos por “actualizaciones”, intereses acumulados y recargos”.

Las dos caras de la SFP

Con seis meses de diferencia, la Secretaría de la Función Pública sancionó por 550 millones de pesos a Jorge Alvarez Hoth en octubre de 2012 y en mayo de 2013 revocó esta misma sanción considerando “motivadas y fundadas” los alegatos del ex subsecretario de Comunicación.

La última estrategia jurídica del gobierno calderonista contra Alvarez Hoth fue acusar al ex funcionario de violar el artículo 72 del Código Fiscal de la Federación en el que se señala:

“Los funcionarios y empleados públicos que, en ejercicio de sus funciones, conozcan de hechos y omisiones que entrañen o puedan entrañar infracción a las disposiciones fiscales, lo comunicarán a la autoridad fiscal competente para no incurrir en responsabilidad, dentro de los quince días siguientes a la fecha en que tengan conocimiento de tales hechos u omisiones”.

En su resolución, las autoridades de la SFP consideraron que Alvarez Hoth omitió informar al SAT que Unefon “no había efectuado el entero correcto y oportuno de los aprovechamientos causados con motivo del otorgamiento de las concesiones en 1998 y 1999 para el uso, aprovechamiento y explotación de bandas de frecuencias del espectro radioeléctrico”.

En su resolución del 13 de mayo, en los apartados cuarto y quinto la SFP consideró que fue “indebidamente fundada y motivada” la presunta violación al artículo 72 del Código Fiscal de la Federación y que Alvarez Hoth comunicó al Servicio de Administración Tributaria (SAT), el pago de los 550 millones de pesos a Unefon, a finales del sexenio foxista.

Alvarez Hoth concluyó que este caso es “el ejemplo de una persecución y vendetta política documentada” en el área de telecomunicaciones, durante el gobierno de Calderón.

-¿Por qué Lozano estaba interesado en emprender esta persecución?

-Porque él está implicado. Fue el responsable de otorgar 2 prórrogas irregulares, violando las bases de licitación. Es evidente que eso fue amañado y que la empresa Unefon logró al devolución del dinero, gracias a las decisiones de Lozano.

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