sábado, 29 de junio de 2013

Otra más de la mal llamada modernidad

¡¡Exijamos lo Imposible!! 
Por Esto!
¡Aguas! Ya viene la privatización del agua
Jorge Canto Alcocer
 



Con una lógica demoledora, cínica, propia de aquella visión de “poca política, mucha administración”, Óscar Alcázar Pérez, alto funcionario de CONAGUA, proclamó a los cuatro vientos las intenciones gubernamentales de privatizar el agua, de convertir en mercancía de lujo el bien fundamental que hace posible la vida en este planeta.

Ni el más contundente crítico del sistema político mexicano ha lanzado una denuncia tan aguda a la criminal burocracia que nos desgobierna como lo hizo Alcázar al señalar que “la política nacional hídrica busca un manejo responsable y sustentable del agua”, y, abundó “es imperativo transformar los organismos operadores en una figura empresarial administrada por prácticas corporativas”.

¡Órale! O sea, que los actuales operadores del sistema hídrico son unos irresponsables, dispendiosos y derrochadores del vital líquido, que ponen en peligro la sostenibilidad del fundamental recurso. Y eso incluye, a menos de que el castellano del Sr. Alcázar sea distinto al que hablamos el resto de los mexicanos, a los actuales funcionarios de CONAGUA.

La aterradora confesión de Alcázar fue hecha ante la Comisión del ramo de la muy izquierdistapero aparentemente ya muy poco popular- Asamblea Legislativa del Distrito Federal. Sorprendentemente, las crónicas periodísticas del deleznable suceso no reportan que los legisladores hayan pedido la inmediata detención del cínico, su encarcelamiento por delitos de lesa humanidad, tan siquiera su destitución como empleado del pueblo. Bueno, parece ser que el canallita ni siquiera fue cuestionado con la severidad del caso.

La desfachatez del tipo llegó al límite cuando planteó que el mayor mérito de la privatización del agua sería “crear organismos independientes de los cambios políticos electorales”, reconociendo tácitamente que en este país dichos cambios siempre son a peoro sea, Peña peor que Calderón, él lo dijo implícitamente. En lo personal, pienso que tan malo el pinto como el colorado-. Poco le faltó para sugerir que sería un enorme avance que esa “independencia de los cambios políticos electorales” llegara, por ejemplo, a los congresos estatales y federal, a las presidencias municipales, a las gubernaturas, a la misma presidencia de la república… (¿Estaría pensando en la monarquía el gerentito de marras? ¿Se imaginan a Tabasco perpetuamente bajo el poder de Granier, para que la institución gubernamental mantenga su “independencia de los cambios políticos electorales”?)

Pero con todo y declaraciones torpes y ridículas, el gerentito Alcázar nos hizo el enorme favor de terminar de develar una criminal política que desde hace años ha venido denunciándose en el mundo entero, pero que los políticos generalmente esconden: el neoliberalismo, como fase terminal del capitalismo, ha llegado al extremo de comercializar hasta los elementos más básicos para la vida humana.

Desde el gobierno de Fox, organizaciones civiles han llamado la atención sobre los cambios legales que subrepticiamente se empezaron a realizar por aquellos tiempos a nivel municipal y estatal en todo el país. Ahora se dice que un proyecto de nueva ley hídrica ha sido presentado por la puerta de atrás en el Senado de la República, con la intención de privatizar de manera plena este importantísimo recurso. Las declaraciones de Alcázar lo confirman.

En todo el mundo hay testimonios del fracaso de la privatización en relación con la eficiencia del servicio. En Chile hace unos pocos meses millones de habitantes de la capital se quedaron durante varios días sin el vital líquido por errores administrativos de la empresa concesionaria, y descubrieron además con terror que las leyes en la materia no los protegen ni obligan al Estado a coadyuvar en su prestación. Y así en otras partes del mundo, como Colombia, Perú y Honduras.

Pero no necesitamos irnos tan lejos. Pregunte a cualquier habitante de colonias populares y del centro de Cancún qué piensa de “Aguakán”, la empresa que “presta”es un decir eso de “presta”- el servicio de agua potable. Pregúntele sobre las tarifas mensuales, los constantes cortes al suministro y la “eficiencia” en reparación a nivel domiciliario o de fugas a nivel calle.

En un país corrupto, las empresas corruptas prestan servicios malos y caros. Y de uno u otro modo sobrevivimos con empresas como TELMEX, o las recolectoras de basura y los prestadores de transportes públicos, pero ¿realmente estamos dispuestos a que nos hagan lo mismo con el agua? ¡Aguas!

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