sábado, 28 de septiembre de 2013

Meyer: la tragedia persistente de México

¡¡Exijamos lo Imposible!!
México, democracia autoritaria: Meyer
Marco Antonio Martínez 

Ciudad de México, 25 de septiembre (SinEmbargo).– La tragedia persistente mexicana es que el país ha sido incapaz de aprovechar oportunidades históricas que se han presentado desde el Siglo XIX. Con el retorno del Partido Revolucionario Institucional (PRI), México se encuentra atorado en una democracia autoritaria, dice el historiador Lorenzo Meyer, autor del libro “Nuestra tragedia persistente”, de la editorial Debate.

“Lo que considero como tragedia persistente es el hecho de que una y otra vez, a lo largo de los últimos dos siglos de la historia mexicana, cuando ya se intenta la creación del Estado, de la nación mexicana, hemos tenido varios momentos de lo más interesantes y vitales para dar un salto, para cambiar la naturaleza de la estructura política y a través de ésta, la social en México, que es finalmente lo que sería la gran tarea. Y en todos esos [momentos] nos hemos quedado cortos”, dice.

La última gran oportunidad mexicana ocurrió con la llegada de Vicente Fox Quesada a la presidencia, pero rápidamente la ocasión fue desperdiciada, y para la segunda parte del sexenio del primer panista en Los Pinos era evidente que el cambio no se había dado. Resultó sólo una ilusión, dice el Doctor en Relaciones Internacionales por El Colegio de México (Colmex).

El guanajuatense, que se había vendido en su campaña presidencial como el “Presidente del cambio”, mostró su autoritarismo al tratar de impedir, primero, la candidatura de Andrés Manuel López Obrador; y después al intervenir en la elección y buscar cerrarle el paso a una posible victoria de la izquierda en las elecciones por la Presidencia en 2006, dice el reconocido historiador.

Es lapidario con el Partido Acción Nacional (PAN), que gobernó a México 12 años: “Yo como lo veo históricamente es que abdicó de su responsabilidad histórica de una manera vergonzosa, pero bueno, hacer cosas horribles en este país no implica castigo alguno, señala.

También comparte las razones para decir que el regreso del PRI a Los Pinos es un fracaso histórico y que la conformación del actual gabinete de Enrique Peña Nieto retrata al viejo PRI, al estar conformado por políticos del Estado de México e Hidalgo, dos entidades donde nunca ha habido alternancia.

“Llevan 80 y tantos años de pasarse el poder en el mismo partido, en cuál democracia medianamente aceptable en el mundo se tienen ochenta y tantos años continuos y no se ve que lo vayan a soltar porque en este 2013 que estamos hablando, las posibilidades de que el PRI vuelva a ganar en Hidalgo y Estado de México son altas, las posibilidades de que casi llegue al siglo ese partido en esos estados es el indicador más claro de que no puede ser un sistema democrático ese”.

Sobre la izquierda dice que como los salmones, le toca nadar a contracorriente.

“Cuando la corriente es muy dura ningún salmón salta. La izquierda es indispensable porque en una sociedad tan injusta es la izquierda la que pone en evidencia a la injusticia. Pero tiene en contra no sólo al gobierno, también a los poderes fácticos que son poderosísimos”.

Entrevistado por SinEmbargo, el Doctor en relaciones internacionales por dice que el título no lo puso él, porque no le gustaba, pero además de que está sacado de la obra, está de acuerdo en que resume el contenido del material editorial. Su propuesta es la que está empleada en el subtítulo “La democracia autoritaria en México”.

“El subtítulo es el que yo quería realmente porque ahí uso un concepto que no se si alguien más lo vaya a tomar o nada más yo. Pero me parece desgraciadamente el apropiado, una democracia autoritaria, porque México sale de la última etapa del autoritarismo, la priísta y no logra hacer realidad la promesa democrática y el PRI regresa a la casa presidencial, a Los Pinos, nunca se fue de la mayoría de los estados, y el PRI no ha cambiado. Cambiaría un poco algunas de sus formas pero de su naturaleza no, entonces el elemento autoritario está presente”.

El también autor de “México y los Estados Unidos en el conflicto petrolero”, considera que actualmente no se sabe cuál es el proyecto político de parte del gobierno de Enrique Peña Nieto, sobre cómo debe ser México. observa que éste pasa por el petróleo, un tema sobre el cual los propios priístas parecía no modificarían nada, y para botón de muestra lo que decía Manlio Fabio Beltrones cuando era Senador en el sexenio de Felipe Calderón, de que no le quitarían el monopolio petrolero a Pemex.

Critica a los panistas, quienes a cambio de tener su reforma político-electoral, “su plato de lentejas”, compara, están dispuestos a modificar la Constitución para meterse con un símbolo de los mexicanos, como es el petróleo.

CLASE POLÍTICA SIN ALTURAS

¿”Nuestra tragedia persistente” no es un título desalentador?

. La verdad no es el que yo hubiera preferido, pero los editores así lo dijeron. La frase esta sacada del libro y tenían razón.

Una tragedia que se repite desde el Siglo XIX y luego a finales del XX e inicios de este con la derrota del PRI en el 2000, y que fue desaprovechada, dice.

“Teníamos unas posibilidades realmente excepcionales para nuestra historia y no lo hicimos. Nos quedamos en un punto intermedio del camino, esa es la tragedia de que se intenta, casi se logra pero sobre todo la clase política ahora o en el pasado no está a la altura de la circunstancia histórica y se pierde la oportunidad. Eso subrayo en el título”.

Meyer, quien recibe a SinEmbargo en su casa, habla pausada y apasionadamente. Cita a otros historiadores, se toma tiempo para pensar sus respuestas, y a pesar de la radiografía que presenta de la tragedia persistente, nunca pierde su sonrisa.

Define al sistema político mexicano como “híbrido” por reunir tanto elementos democráticos como autoritarios.

“El concepto de democracia autoritaria personalmente no me gusta pero bueno, si alguien puede demostrar que es falso o innecesario o no explica bien la realidad mexicana, si logran hacerlo estaría yo más que encantado en decir no es el adecuado, pero hasta donde puedo verlo es y no es mi culpa”, reta.

El historiador rememora en su libro el contexto histórico en el que Fox, quien despertó esperanzas hace 13 años, ganó la elección.

La oportunidad se dio posterior al fin de la Guerra Fría. No solo México tenía un sistema autoritario, con un partido, el PRI que dominó prácticamente el Siglo XX. Otros sistemas autoritarios se observaron en otros países, es el caso de España, con el general Francisco Franco, en Chile con Augusto Pinochet, y los gobiernos militares en Brasil y Argentina. Pero el caso mexicano es el más interesante de todos, por su duración, considera Meyer.

Concluida la Guerra Fría, Estados Unidos ya no veía mal que un sistema político “de museo” se fuera y llegara otro. Entonces estaban las condiciones para el cambio.

“Pero aquí es donde yo veo que hemos desaprovechado la oportunidad. Que las fuerzas conservadoras, los poderes fácticos no se sintieron a la altura del reto, les dio miedo y entonces el esfuerzo democrático se topa, lo veo a partir de 2004-2005, en la segunda mitad del gobierno de Fox. Es un temor a que la izquierda electoral, ya no es la revolucionaria, la que va a cambiar el sistema capitalista por el socialista y a fusilar a la burguesía y a expropiar, que es una izquierda que alguien diría que ni es izquierda, es un centro (lo dice con sorna), pero en fin, una izquierda moderada y sin embargo le tienen un miedo, pánico, y es ahí donde hay una especie de natural confluencia entre el PRI derrotado pero no muerto y el PAN que no sabe cómo enfrentar por solo esta situación, entonces es cuando ve al PRI”.

Un PRI al que siempre había criticado el PAN, pero que en el sexenio foxista compartía el temor a la izquierda neocardenista, y Meyer recuerda que el PAN, nacido en 1939, nació para oponerse al presidente Lázaro Cárdenas.

“Yo veo ese temor del PAN a la izquierda que tiene un contenido neocardenista, y hay que tener conciencia de que el PAN nació para oponerse al cardenismo, si no es por Cárdenas no nace el PAN, nació para eso y tantos años más tarde sigue teniendo esa misma actitud y ahí está el elemento autoritario, uno de los elementos autoritarios”.

Explica que de acuerdo con el profesor de ciencia Política en la Universidad de Yale, Estados Unidos, Juan Linz, en el autoritarismo hay un pluralismo, pero limitado, y así ocurrió en el priísmo con un partido fuerte de Estado, y con el PAN comenzó a repetirse cuando intentaron descarrilar la candidatura de López Obrador.

“Ya que el PAN llega al poder, ya que Fox desaloja al PRI de Los Pinos en realidad va rápidamente a llegar un punto en que él no quiere pluralismo realmente a fondo, lo limita otra vez, cuando llega la acusación contra Andrés Manuel López Obrador por haber abierto una calle. Con la distancia si esto no hubiera tenido unos resultados tan desagradables seria cómico. Abrió una calle, ‘autoritario, desobedeció a las órdenes del juez, hay que desaforarlo y meterlo a la cárcel’. En este país donde la justicia es lo que menos hay, ahí ya se dio una decisión de fondo, más que la forma el fondo es: hay que limitar el cambio a la posibilidad de pasar del PRI al PAN y del PAN al PRI, pero no más”.

¿El Presidente del cambio limitó el cambio?

Exactamente. Ahí es donde está el subtítulo, el elemento autoritario está ahí, funcionando y entonces se le da una segunda oportunidad en su vida al PRI que en un cambio democrático auténtico no hubiera podido ser.

¿Usted lo llama fracaso histórico?

Porque no puede ser un partido que nació antidemocrático, desde chiquitito, desde su cuna no nació para competir en las elecciones y compartir el poder. Nació para dominar absolutamente el sistema y no compartirlo con nadie y regresa en el 2012. Bueno, bueno bueno, qué pasó, que quienes estaban encargados de dirigir el cambio se quedaron pequeñitos. Su temor, su conservadurismo, su visión de derecha muy primaria porque hay derechas más ilustradas.

Habla usted en el libro de que el PAN traiciona su propio ideario político, no lo pone en práctica, algo que además reconocen ahora que hacen su revisión, que se parecían al PRI.

Lo dicen ahora, pero en realidad el momento en que se parecieron al PRI, el momento clave es en 2006. El libro recoge no solamente la situación de los últimos años, sino trato de ligar los acontecimientos de estos últimos años con ciertos procesos históricos que vienen atrás, de más atrás que deberíamos haber superado y finalmente no superamos. Finalmente tenemos un presente muy brumoso, en donde están mezclados elementos autoritarios del pasado y elementos democráticos nacientes, muy nuevos de este presente y lo que no, en el libro trato de expresarlo pero sin llegar a decidirme, es si el elemento autoritario va a volver a imponerse o si finalmente esas novedades democráticas que ya entraron en la sociedad mexicana serán capaces en el mediano y largo plazo de llevar a México por una vía, esta vez democrática.

EL CONGRESO ES FICCIÓN 

¿Dice usted en su libro que el camino de la desobediencia civil en 2006, el plantón de Reforma, no hubiera sido seguido si el juego hubiera sido limpio?
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