martes, 29 de octubre de 2013

Lo peor es q' pri,pan,prd a nadie encarnan

¡¡Exijamos lo Imposible!! 
Por Esto!
El dramático final de un régimen
Jorge Canto Alcocer

No es necesariamente una buena noticia ni siquiera para quienes creemos que el actual régimen presidencialista neoliberal es una de las más perversas formaciones de poder en la historia de nuestro país, pero me parece indudable que estamos viviendo los últimos estertores de dicho sistema político-económico-social, y que los ridículos y supervigilados actos “públicos” de Peña equivalen a aquellas absurdas “fiestas del centenario”, que encabezó Porfirio Díaz un par de meses antes del inicio de la Revolución Mexicana.

La estruendosa “bienvenida” del crimen organizado al gobernador michoacano Fausto Vallejo es la más reciente raya a un tigre que las acumula en volumen formidable desde hace un par de décadas, desde que se hizo evidente el fracaso del salinismo en reformular al anquilosado PRIen realidad lo hizo más elitista y anti-democrático-, en modernizar la economíalo que hizo fue aumentar la desastrosa dependencia de Estados Unidos-, en generar desarrollose expandió la riqueza, es cierto, pero se concentró aún más en pocas manos, la mayoría de las cuales eran las del propio Salinas y de sus aliados más cercanos-, y en abatir la pobreza -¿es necesario hacer alguna precisión a este respecto?-.

Las élites oligárquicas han logrado mantenerse en el poder estos veinte años de crisis económicas y fracasos políticos fundamentalmente a partir de dos columnas: en el ámbito político, a través de la supuesta alternancia, que había mantenido hasta ahora la ficción democrática y había repartido el desgaste entre todos los partidos, principalmente el PRI y el PAN; y, en lo económico, a través de la renta petrolera, que ahora estúpidamente, y en obediencia a los intereses imperiales, se pretende entregar al extranjero.

Todo parece indicar que la fórmula no da para más. Haciendo un poco de historia, recordemos que Calderón llegó al poder en medio de multitudinarias protestas y una flagrante ilegitimidad, pero que, con el apoyo de las élites y del sistema priísta se mantuvo en el timón con terribles debilidades y a un costo devastador, logrando cerrar su sexenio al filo del despeñadero. Peña ha llegado a Los Pinos en un escenario aún más complicado, pues las protestas, también milenarias, ya no obedecen a las convocatorias partidistas, sino que tienen su propio motor, su propia dinámica, y avanzan peligrosamente en todos los flancos.

Pensaron los estrategas priístas y la élite a la que sirven que el llamado “Pacto por México” les permitiría administrar con relativa tranquilidad, pero esa alianza de hienas subsiste únicamente en la medida en que proporciona carroña, y deja de ser funcional en un escenario de confrontación y crisis, como el actual.

Lo peor del PRI aliado con lo peor del PAN y lo peor del PRD da como resultado la peor alianza posible, no sólo por los costos que tiene para nosotros, para el pueblo esa política, sino porque en mismas, dichas agrupaciones ya no representan a nadie, ni a sus afiliados, ni a sus dirigentes, ni a sus acarreados, a nadie absolutamente. Se trata de un simple cascarón sin utilidad política ninguna.

Lo terminal de la crisis sistémica que vivimos se muestra elocuentemente en el caso de los desvergonzados consejeros del IFE, que tras hacer el papel de pillos en despoblado se retirarán con privilegios inauditos en una sociedad en la que la mitad de su población ve su vida pender de un hilo ante la falta de seguridad laboral, la carencia de ingresos, la desnutrición y calamidades sin fin.

Advertimos los hechos y sus consecuencias con plena responsabilidad. Creemos que un baño de sangre nada bueno traerá, pero también estamos convencidos de que seguir por el camino tradicional de las protestas, las marchas, los bloqueos y las acusaciones judiciales de traición a la patria es, en el mejor de los casos, insuficiente. Tenemos líderes que han demostrado más allá de toda duda su honestidad, patriotismo y entereza, pero necesitamos acompañarlos con acciones más creativas, más arriesgadas, más productivas si queremos que el parto de los montes sea favorable para nuestra causa y para la nación.

La situación de Michoacán no es únicamente una llamada de atención. Es la confirmación de que este régimen está podrido, está desahuciado, nos produce una gangrena que desembocará en septicemia más temprano que tarde. Han pasado ya suficientes tragedias, protestas, miserias, sufrimiento, para que pretendamos seguir cerrando los ojos y fingir que con un mejoralito las cosas continuarán funcionando. Lo grave del caso es que después del cercano final de esta perversa forma de ejercer el poder puede suceder cualquier cosa: las hienas querrán continuar alimentándose de carroña, y soñar con un mundo mejor no es suficiente: hay además que construirlo. ¡Esa es la tarea del ahora!

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