jueves, 27 de febrero de 2014

Como podemos creer que sí es El Chapo?

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Sobre “El Chapo”, dudas; de hambruna, certeza
Lilia Arellano 
 

Estado de los ESTADOS

Ningún avance contra el hambre y la miseria
Derrumbe de las exportaciones y crecimiento
Persisten las inconformidades del magisterio

Educación superior de baja calidad: Sarukhán


“Una golondrina no hace verano”.- Anónimo

Tal y como lo reseñábamos al día siguiente de la captura de Joaquín Guzmán Loera “El Chapo”, lo que podría constituir un golpe de buena fortuna para el equipo de Peña Nieto se ha convertido en una pesadilla, una en la que a cada despertar se enfrentan con el monstruo de la incredulidad, de la desconfianza, de la falta de credibilidad, de las dudas sobre la capacidad de su gabinete y de su persona. No han escatimado esfuerzo alguno para hacer ver a los ciudadanos que el hombre que está tras las rejas del Altiplano, es el célebre capo. Lo exhiben de una y mil formas, tachan su rostro con puntos para dar fe que cada uno de ellos corresponde a la misma persona fotografiada en distintos momentos de su existencia y con distinto peso corporal. Sin embargo, pesan más otras informaciones que las que, hora tras hora, emite el gobierno federal.

Encontramos la que aparece en un portal y que denuncia la existencia de un ciudadano que pasa por “el doble” del “Chapo”. La que se supone es su esposa, es quien hace toda la referencia que inicia con una invitación del CISEN para que, mediando una fuerte suma de dinero, su cónyuge aceptara hacerse pasar por Guzmán Loera. No aceptó, pero tampoco han vuelto a saber de él, no por lo menos en su casa, porque por la televisión, declara la señora, lo vio, ahí estaba, preso. Las visitas que ha tenido este portal llevaron a que un diario de circulación nacional la incluyera en su página informativa durante poco más de una hora. Posteriormente fue borrada.

Lo que no han logrado eliminar son las declaraciones de ciertos funcionarios en Estados Unidos que daban cuenta de la estatura de Guzmán Loera, misma que, nos refiere Francisco Rodríguez, ya no es la misma. “Se achicó”, se encogió más de 7 centímetros y ese es otro punto con el que la autoridad federal, sus captores, tienen que batallar pues lejos de alejar, han incrementado las dudas sobre la personalidad del hombre que hoy aparece en las rejas. Inclusive Jorge Saldaña, hace referencia a un punto en el que una investigadora francesa se centró para señalar que el Aburto que conocemos no es quien asesinó a Colosio, se trata del ángulo que conforman dos puntos que se trazan sobre el orificio de la oreja. Nadie los tiene iguales y al parecer ni en aquel caso ni en este, les cuadran.

Sinceramente creo que el hombre tras las rejas sea el “Chapo”. Me parece también que, más que una captura, se trató de una entrega y que ha tenido momentos de duda de los cuales es alejado una vez que se le recuerda a sus mujeres, a sus hijos, a sus familias y se dejan sentir en cascada las presiones. Estoy cierta de que estos hombres saben que sus días siempre estarán contados, ya sea porque sean ejecutados o porque están ciertos de que si de alguien, o de algunos, no pueden tener la más mínima confianza, es de aquellos que lucen uniformes o que están detrás de los escritorios luciendo un poder para cuya obtención, en muchos de los casos, ellos han contribuido económicamente o retirándoles a los adversarios, éstos son los traidores de siempre, los soplones, los que los desconocen y amenazan cuando se convierten en autoridad.

Se ha pensado, como antaño, que con golpes espectaculares se gana la opinión pública y se legitiman gobiernos. Sin embargo en los últimos tiempos, particularmente a partir de la llegada de Carlos Salinas de Gortari, se sabe que no es así. Hasta la fecha, sigue pesando sobre su persona la duda sobre si realmente ganó los comicios a Cuauhtémoc Cárdenas. Todo lo que se le ha derrumbado al mexiquense durante el primer año de mandato y que ha sido producto de los primeros efectos de sus reformas estructurales no parece que va a dejar de ir en picada con la aprehensión de Elba Esther Gordillo y tampoco con la de Joaquín Guzmán Loera, o va a creerse que van a hacer una limpia al interior del PRI de tanto corrupto con la sola llegada de Andrés Granier a la cárcel en Villahermosa donde, cínicamente, pretendía su palacio particular.

Ni la Gordillo y mucho menos don Joaquín, son lobos solitarios, ni se asemejan al célebre “Chucho el Roto”. El segundo cuenta con una red que tiene contra la pared a los españoles que ya ven llegar a sus tierras la sangre en cuanto empiece la disputa de otros cárteles por adueñarse de las parcelas del de Sinaloa. Tampoco estos encarcelamientos han terminado ni con las mafias en Educación y mucho menos con las del narcotráfico. Han sido, tal y como se dijo desde el principio, porque Juan Pueblo mantiene su sabiduría y difícilmente se equivoca, golpes mediáticos que nada resuelven y, mucho menos, son indicadores de una lucha contra la corrupción y la impunidad que sigue reinando con y sin “Chapo” tras las rejas, con y sin la Gordillo al frente del sindicato o dentro de la prisión.

Existe un ingrediente que es elemental para avanzar cuando se trata de poner orden, de regresar al país al Estado de Derecho y, por desgracia, no encontramos personajes dentro del círculo de poder cercano, del íntimo, pero tampoco del medio y, mucho menos, en el periférico que es donde se ejecutan la mayoría de las instrucciones y se abren todas las puertas, quien cuente con él; se trata de calidad moral y, sin ella, nada es creíble porque, en el fondo, nada es cierto.

LA VIDA SIGUE IGUAL
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