sábado, 22 de noviembre de 2014

No son 43, son 5 mil desaparecidos 2014

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Por Esto!

Peña se añade a nuestras demandas
Laura Bolaños Cadena

“Lo que los mexicanos demandan es que la ley se cumpla y se privilegie el orden”, afirmó el presidente Peña Nieto en la ceremonia de ascenso a elementos del Ejército que tuvo lugar en el Campo Marte en la conmemoración del 104 aniversario de la Revolución. Y tiene razón. Bienvenido a la defensa de lo que están pidiendo centenares de miles de protagonistas de las protestas actuales por la desaparición de los 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, Gro. Esto es sólo el desborde de la ira de millones de mexicanos afectados por el incumplimiento de la ley y el orden desde hace muchos años.

No son 43, son 5 mil desaparecidos sólo en lo que va de este 2014, cerca de 30 mil reuniendo la herencia de sexenios anteriores, y esto es una parte de los atropellos a sus derechos que sufren amplias capas de la población. Lo que no quedó claro del discurso peñista fue quiénes son los que atentan contra las instituciones, si los pequeños grupos de provocadores que se cuelan en las manifestaciones o la Policía y el Ejército, autores de la mayor parte de las atrocidades a que nos referimos. Cuando EPN hizo la defensa de las fuerzas armadas, aseguró no ser justo que cuando algunos elementos fallan, se culpe a toda una institución que ha dejado patente su lealtad y compromiso. Entonces tampoco es justo que cuando unas decenas de manifestantes cometen actos violentos, se culpe a los millones de inconformes que protestan de manera pacífica y se lancen veladas amenazas de meterlos al “orden” por medio de la represión.

¿Volver a cuál orden?

¿Al del predominio de los grupos criminales que extorsionan, secuestran y asesinan impunemente; al de los atentados constantes de las fuerzas represivas oficiales contra los derechos humanos de los mexicanos? ¿Al de las autoridades judiciales que protegen y apoyan a la delincuencia? ¿Al de la pasividad ante los atropellos? Nada más en Acapulco, Gro., han sido asesinados por los maleantes 19 maestros por resistirse a la extorsión. Actualmente les exigen a los mentores entregar su sueldo y aguinaldo con amenazas de muerte.

Unos 300 maestros desfilaron por la costera Miguel Alemán, en la zona turística, exigiendo seguridad en las escuelas. Llevaban 19 ataúdes de cartón denunciando los asesinatos mencionados ocurridos sólo en lo que va de este año. ¿El orden es silencio ante los asesinados y el desorden protestar y exigir seguridad? 

El desorden y la violencia que ya existían
, se vieron agravados a niveles nunca sospechados desde, hay que repetirlo, el sexenio de Felipe Calderón, y no ha cesado en éste; sólo las protestas se han levantado con inusitada fuerza y a nivel nacional para exigir el fin de la inseguridad. Las demostraciones por Ayotzinapa evidencian el hartazgo por esta situación. Antes digan que tardaron

Ni siquiera la solución al caso reciente aplacará la protesta pacífica; tampoco que se juzgue y encarcele a unos cuantos responsables y/o chivos expiatorios, pues la culpa está repartida en todos los niveles de gobierno, del federal para abajo. ¿Se pretenderá con eso calmar los ánimos?

Paz y justicia

También se escucharon estas demandas en el discurso peñista mencionado. ¿Pero puede haber paz y justicia si continúa la inseguridad? ¿O si no se resuelve la situación de siete y pico millones de jóvenes sin acceso al estudio ni al trabajo? ¿Con salarios de hambre y condiciones injustas para los trabajadores? ¿Con desempleo? ¿Con el desastre educativo que se pretende resolver yendo contra los maestros? ¿Con la mayor entrega del país y sus riquezas a las trasnacionales petroleras? ¿Con el 60 por ciento de la fuerza laboral en el ambulantaje? ¿Con un mercado interno cada vez más deprimido? ¿Con la corrupción royéndole las entrañas a una economía declinante?

Peña Nieto recibió al país ya muy mal
, pero él lo ha empeorado. Y no se empeña en cambiar de rumbo, se le llena la boca diciendo que vamos por el camino correcto, este mismo que nos ha llevado al fracaso.

México, cementerio clandestino

Cuanto más rascan la tierra en busca de los restos de los normalistas, más cadáveres encuentran en fosas clandestinas. ¿En qué va a parar este inmenso horror? Muy pocos se atreverán a aprobar los desmanes cometidos por maestros en Guerrero o la quema de la puerta del Palacio en el DF. ¿Pero quién va a justificar los crímenes y atropellos de todo tipo cometidos por delincuentes organizados y por autoridades? No falta quien magnifique los desmanes y a cambio pida que se aplaque a los “revoltosos” por la fuerza, como amenaza hacerlo Peña Nieto. Sus aliados en los medios de comunicación ayudan a preparar el terreno para cuando decida “meter en cintura” a los protestantes. El gobierno aparenta paciencia para justificar el esperado desenlace. En vez de presentar a los jóvenes desaparecidos, van a golpear y encarcelar a disidentes. Para eso presentan en televisión y cierta prensa, de forma escandalosa, los pocos disturbios habidos durante las manifestaciones, y callan que la gran mayoría son pacíficas. Confían en que las medidas de fuerza sean aprobadas por “las personas decentes” y así se reviente el conflicto. Tal esperanza es vana. Esto ya no termina aquí. “Seguiré sembrando rebeldía hasta que coseche libertad”, es el grito desde una pancarta

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