martes, 28 de abril de 2015

Lo que encubren los medios masivos

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La catástrofe que ya está aquí
María Teresa Jardí

Carlos Fazio en un análisis sobre “la catástrofe que viene”..., que ya está aquí, que no quiere ver una parte de la sociedad, que encubren los medios masivos y no tan masivos pero a modo, también por dinero, que están contribuyendo a convertir a México en un país esperpéntico.
 
Carlos Fazio dice: “En México, neocolonia de Estados Unidos, el necropoder transnacional un poder difuso no exclusivamente estatalinserta la economía de la muerte en sus relaciones de producción y poder: como Calderón, Enrique Peña Nieto ejerce de facto una autoridad clasista mediante el uso de la violencia y se arroga el derecho a decidir sobre la vida de los gobernados. La catástrofe que viene tiene que ver con otra fase de acumulación capitalista por despojo; las fuerzas militares son el instrumento de lo que Schumpeter denominó destrucción creativa. Así, Tlatlaya, Iguala y Apatzingán no son hechos aislados; forman parte de un nuevo proceso de consecuencias humanitarias catastróficas si no se lo detiene ahora.”

Se van a enterar, los siempre bienvenidos ausentes, que venden el voto sin manifestarse, en lo que son expertos los del PRD, de lo que es una guerrilla cuando la ira acumulada alcanza los parámetros de odio que, en México, las clases marginadas y no tan marginadas, sienten por los podridos jerarcas de los partidos a los que de políticos no les queda ya nada

Se van a enterar los Peña y sus esbirros de lo que significa despertar una guerrilla por años dormida, a la que se sumarán muchas más, entre otras cosas, si no dejan en la silla del Ejecutivo de Guerrero al sucesor, del ladrón, a nivel familiar, chapulín a modo, que ya tendría que estar preso

Un acto de sensatez, la que también por su ausencia brilla entre la mafia adueñada del poder, es dejar a quien al menos entiende el horror que la desaparición forzada significa para padres y madres y hermanos y abuelas y el entorno vecinal, social y nacional

Ayotzinapa no es un juego de fuerza para ver quién puede más. Ayotzinapa es la punta de iceberg que al mundo demuestra que en México se está cometiendo un genocidio por las fuerzas del orden que o no existen y han sido suplidas por grupos criminales o se han convertido en criminales porque a final de cuentas, en el caso de los militares, cuando se pierde el prestigio se pierde la vergüenza.
 
No tenemos policía federal. El lugar de la federal lo ocupan grupos paramilitares creados a modo en la época de Calderón por Genaro García Luna, un criminal irredento, protegido hoy por los gringos. Un individuo de mala entraña que debe acabar su vida preso. Y preso debe pasar las que le sigan, si hay regreso del más allá. En casos como el de ese amoral se quisiera poder creer que va a regresar una y otra y otra vez a pagar el daño que con una sola de sus vidas canallas logró hacer.
 
Lo mismo sucede en el caso de muchas policías estatales y de las municipales ni hablar: al servicio del narcotráfico y de todo otro crimen organizado por dentro y por fuera del poder se encuentran muchos de sus integrantes

Ni qué decir de la Marina, desde siempre tan entreguista, y del Ejército Nacional cuyo desprestigio alcanza ya la cima de entre las peores fuerzas armadas que ha tenido el mundo

Al Ejército Nacional lo salvaba en el pasado el no ser entreguista. Pero convertido en traidor nada bueno se puede esperar de un Ejército y muchos menos cuando a la calle ha sido sacado por otros traidores para cometer genocidio de pobres y estudiantes y seres pensantes, como se está cometiendo por la dictadura que encabeza el cártel Televisa, hacedor de productos televisivos para sentarlos en la silla del Ejecutivo federal con mujeres compradas con casas blancas y esperpénticos viajes acompañadas, las hijas, de las amigas

En manos del crimen organizado de dentro y de fuera del poder se encuentra el país del Norte al Sur, pasando por el Centro también del Oriente al Poniente

Y de ahí que en otros párrafos explicativos de “la catástrofe que viene”, Carlos Fazio nos diga: “... A partir del sexenio de Felipe Calderón, las fuerzas armadas han venido aplicando un plan de exterminio, encubierto bajo el disfraz de una guerra contra la criminalidad. En 2008, el documento La Secretaría de la Defensa Nacional en el combate al narcotráfico alertaba sobre el riesgo de la inviabilidad del país ante la previsible simbiosis entre cárteles criminales y grupos armados desafectos al gobierno, objetivos a aniquilar mediante una cruzada nacional de tipo contrainsurgente... Eso explica la compra de equipo militar por más de mil 150 millones de dólares en 2014año en que fueron a entrenarse en el Comando Norte del Pentágono tres mil oficiales mexicanos, a los que se sumarán cuatro mil más en 2015−, así como la acelerada aprobación para que agentes de Estados Unidos porten armas en el territorio nacional...”.

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